Tenia ya algún tiempo de contar con la cercana amistad de mi querido amigo Antonio “el testigo” de Regina, a quien recurría ocasionalmente cuando en mi interior sentía que me era indispensable expresarle mis inquietudes y reflexiones al respecto de eventos que estaban rondando mi vida. Cada una de las veces que se lo solicitaba, él, de manera paciente y desinteresada me escuchaba con atención y me hacía algún comentario como amigo, aclarando que el no era nadie para darme un consejo o para opinar al respecto, y que tampoco era maestro. En prácticamente cada una de aquellas entrevistas, cuando estas tenían lugar en el despacho de Antonio que para ese entonces se encontraba en la calle de Alumnos, aprovechaba para, antes de llegar con él, pasar a la entrada de las flores en el bosque de Chapultepec y comprar 3 rosas blancas, mismas que a modo de ofrenda dejaba en “el cuartito de Regina” al que pasaba después de descalzarme para aprovechar y hacer una meditación. De aquellas visitas siempre obtenía un espacio donde lograba comunicarme y alcanzar un estado de profunda paz interior.
Por esos tiempos, ya mi interés por las cuestiones científicas y tecnológicas que me habían acompañado desde mi adolescencia y que me habían llevado a estudiar una licenciatura en Física y una Maestría en Ingeniería Electrónica, y a trabajar alrededor de 15 años en el área de instrumentación del Instituto de Astronomía de la U.N.A.M habían desaparecido casi totalmente. Mi cargo como jefe de electrónica y las responsabilidades en los proyectos internacionales vinculadas a los nuevos Grandes Telescopios Mexicanos, me eran de muy poco interés. Mi encuentro años atrás con la obra de Jacobo Grinberg y su prototipo, con la Toltequidad, con Lilia la médium que me llevaba a hacer recorridos por las montañas de México, con el espíritu de Cuauhtémoc a través de “el Hermanito”, y más tarde a mi encuentro con Regina durante un sincrónico y frustrado viaje a Cuba, así como con Don Julio el sanador entre muchos otros, absorbían mi tiempo y mi mente, siendo esa área de conocimiento donde encontraba ahora respuestas a inquietudes muy profundas de infancia, de vida, que la ciencia y su método materialista no me daban ya desde tiempo atrás.
Aprovechando las ventajas del tipo de conexión a Internet existente en el instituto donde trabajaba y producto de algo que se estaba abriendo en mi de manera inconsciente debido a mis meditaciones en privado para resolver mi proyecto de tesis de posgrado, dedicaba gran parte de mi tiempo laboral ahora a investigar sobre temas que llegaban a mi conciencia de manera espontanea. De alguna manera me empezaba a dar cuenta que toda mi vida algo me había entregado preguntas y respuestas relativas a las áreas de mi interés. Algo en mi operaba como si de alguna manera yo supiera, hecho que no es fácil de manejar, pues esa capacidad había sido vista por algunas personas en ciertas ocasiones como una actitud pedante de “el sabelotodo”. Ya para ese entonces ese algo interno me había indicado que me deshiciera de todos mi libros y materiales científicos personales, redujera al mínimo mis posesiones y me concentrara fundamentalmente en los libros que poseía de Jacobo Grinberg y de Antonio Velasco Piña, y unos cuantos otros vinculados con los mismos temas. Trascendentales revelaciones sobre el espíritu de ME XHIC CO se desprenderían de aquel hecho. Durante las noches, era comúnmente despertado a las 3:33 a.m. con una fuerte necesidad de meditar donde encontraba una deliciosa sensación de conexión más allá del espacio-tiempo común, que al terminar me llevaba suavemente a la cama de regreso en la madrugada a continuar con mi sueño. Igualmente al ser despertado por la mañana, más tarde, tenía la sensación de encontrarme con ciertos textos de las obras antes mencionadas donde poco a poco fui encontrando mensajes y respuestas a través de esa guía. En algunos casos las respuestas se daban al abrirse de manera espontanea algún libro, en otras soñaba alguna página o texto, o llegaban visiones o escuchaba voces en sueños, e incluso se llegaron a materializar libros y otros objetos, etc.. Ahora mismo que escribo estos párrafos, lo hago bajo la misma influencia quien me despierta aun por las noches como en esta ocasión con la energía y claridad para compartir mis historias.
Con aquel material que ya alcanzaba más de una decena de páginas de extensión, un día sentí la fuerte necesidad de entrevistarme una vez más con Antonio, para platicar con él acerca de lo que estaba ocurriendo y llevarle una impresión de los extractos con la esperanza de que me ayudara a comprender. Después de darle una ojeada, con gran humildad, como era su costumbre, por único comentario me dijo ¿Por que no vas a ver a Jorge?. Se refería por supuesto a Jorge Berroa, cercano amigo de él así como de nuestra común amiga Laura Esquivel, quien había escrito el prologo de su libro “Hombres que quieren ser” donde se narra la vida del médium cubano, quien fuera guiado por elevados espíritus como Gandhi entre otros, para contribuir con el despertar de México y del planeta.
Tiempo atrás había leído el referido libro por lo que el personaje me era bastante familiar, aun cuando tardaría años en comprender el alcance de lo revelado en aquel testimonio. Lo mismo me ha ocurrido con muchos, por no decir todos su libros, e incluso hoy día no creo haberlo logrado del todo, aun después de varias relecturas. Tomé nota de los datos de Jorge y me preparé para el encuentro teniendo la certeza de que como en muchas otras de nuestras pláticas, los aparentemente casuales comentarios y sugerencias de Antonio contenían mensajes y premonitorias revelaciones de eventos que tardaba mucho tiempo en alcanzar a comprender su verdadera magnitud y alcance.
Tan pronto me fue posible, llamé al número telefónico que me había proporcionado mi amigo intentando obtener una cita. Del otro lado, una mujer de mediana edad respondía. Después de explicar brevemente algunos antecedentes y el objetivo de mi llamada, acordamos fecha y hora para una entrevista personal con el médium. Entre la fecha que mediara entre mi llamada y la del día de la cita, sentí la fuerte necesidad interna de extractar 3 párrafos de diversos textos, entre ellos: “El Valle Sagrado de Tepoztlán” de Daniel Ruzó, “Hombres que quieren ser” de Antonio Velasco Piña y “La raza cósmica” de José Vasconcelos, mismos que imprimí en cuatro copias que guardaría cada uno en un sobre correspondiente. Uno de aquellos sobres sería para el médium. Por supuesto no estaba consiente de donde surgía esa necesidad ni del hecho de que con el paso de los años ese evento sería premonitorio para mi encuentro con Jorge y lo que él me revelaría primero en cuerpo y más tarde como espíritu. El día de la cita, me encontré con que su departamento se encontraba en un pintoresco conjunto ubicado en la Colonia Condesa, muy cercana a mi casa de infancia en la contigua Colonia Roma. De hecho siempre había llamado mi atención ese conjunto habitacional por sus características arquitectónicas, pero nunca había tenido la oportunidad de conocerlo por dentro.
Como casi siempre se me hace temprano aunque quiera llegar puntual o incluso llegar tarde para sintonizarme con la costumbre general, recorrí a pie los alrededores como ya se me iba haciendo cada vez más y más habitual dada mi incursión en la práctica de caminatas rituales. Admiraba el entorno, los detalles de la construcción y los exteriores, la vegetación y a las personas, imaginando como sería vivir en ese lugar, en fin, intentando sentir las energías de aquella zona. Cuando llegó la hora de la cita, me dirigí al departamento que ya para entonces tenía perfectamente ubicado. Llamaba mi atención una puerta de acceso abierta con una reja interior más adelante. Curiosa similitud con el caso de Lilia, la primera médium que conociera años atrás, cuyo departamento contaba primero con una reja que daba acceso a una puerta que aunque estuviera cerrada, tenía pintada en su interior y de manera simbólica una puerta siempre abierta, para el mundo espiritual. Anuncié mi llegada, y segundos después aparecía ante mi un hombre de raza negra, alto y corpulento, de alrededor de 60 años según calculé, con el cabello corto y entrecano, que abría la reja y me invitaba a pasar después de descalzarme. No me extrañó en lo más mínimo la petición pues me era familiar por ser costumbre generalizada en numerosos recintos vinculados con el mundo espiritual (ashrams, mezquitas, etc.), y que también fuera común en mis visitas con la médium antes mencionada y de la que ella misma me explicara su porque y su importancia.
Al pasar me encontré con un espacio amplio, con una decoración sencilla. Me senté donde mi anfitrión indicó y sentí inmediatamente una sensación de profunda conexión y paz vinculada con aquel personaje, lo que me llevó de manera inmediata al silencio interior y exterior. Me preguntó el motivo de mi visita y brevemente relaté lo mismo que había explicado al hacer mi cita, pero antes le entregué el sobre. Jorge me preguntó si debía leerlo, le dije que solo que el lo considerara necesario, si no, que lo hiciera después. El prefirió dejarlo para cuando estuviera solo. En medio de esa sensación de conexión y paz, escuché sus palabras hablando de pensamientos que me eran muy íntimos y familiares, de inquietudes de vida jamás externadas, y del hecho de que “me estaba esperando”, afirmación a la que él diera un especial énfasis que si bien yo solo podía asociar conscientemente en ese momento con aquella nuestra cita, intuitivamente percibía que quizá guardaba un significado más profundo. Después de diversas instrucciones y comentarios que ahora entiendo eran para el futuro, una especialmente enigmática revelación me fue hecha casi al final de la sesión. De manera totalmente inesperada me dijo “¡Conocerte me ha dado sentido!”. Escuchaba tratando de no emitir juicio personal alguno, aunque desconcertado ante aquellas revelaciones la cuales no alcanzaba a comprender en lo más mínimo, pero en mi interior, sin saber por que, sentía que contenían una profunda verdad. Jorge en esa sesión, sin que yo le verbalizara ningún detalle desde mi llegada y sin haber visto aun el contenido del sobre que le entregara momentos antes, sabía de “el trabajo” que los mismos guías estaban realizando por medio de las revelaciones entregadas en la madrugada, y me enviaron un mensaje a través de él como médium diciendo “¡Sigue tomando notas pero no publiques nada hasta que recibas indicaciones!”. Igualmente Jorge, sin que yo lo supiera en ese momento, me entregaba una clave para mantenernos en contacto, misma que tenía clara resonancia con aquellos acontecimientos vividos por mi casi una década antes ya narrados al respecto de la puerta dimensional de Campeche.
Después de un rato, que quizá estimo duró un poco menos de una hora, al final de la sesión le dije a Jorge, ¿Cuanto te debo?, a lo que él respondió ¡Quinientos pesos!. Saqué el billete de mi cartera y al extender la mano para entregárselo, me dijo. Deja caer el billete al suelo, un día te explico su por que energético. Así lo hice y me despedí del personaje llevando conmigo un conjunto de reflexiones y sensaciones. Una de ellas muy profunda e inconsciente era el hecho de percibir algo así como a dos hombres en uno. El lado derecho de su rostro más claramente de rasgos negroides y el izquierdo, similar pero como cenizo o blanquecino. Sería necesario el paciente paso del tiempo para que se revelara el misterio, en parte producto de la observación de la portada del libro sobre su vida, y en parte por una revelación aparentemente casual como las que comúnmente me entregaba mi amigo Toño, cuando me dijo, una vez Jorge me comentó que su libro sería muy exitoso en Australia. Algunos meses después, a la entrada del bosque de Chapultepec, previa a una presentación de un espectáculo de teatro sagrado, me reencontraba con dos amigos anglosajones residentes en Australia y algo dentro de mi evocó aquel comentario, lo que me llevó a hablarles sobre el libro de Antonio, quien sincrónicamente se encontraba a mi lado. Días más tarde el autor les hacía entrega de un ejemplar que llevarían con ellos a ese continente.
Por esos tiempos, ya mi interés por las cuestiones científicas y tecnológicas que me habían acompañado desde mi adolescencia y que me habían llevado a estudiar una licenciatura en Física y una Maestría en Ingeniería Electrónica, y a trabajar alrededor de 15 años en el área de instrumentación del Instituto de Astronomía de la U.N.A.M habían desaparecido casi totalmente. Mi cargo como jefe de electrónica y las responsabilidades en los proyectos internacionales vinculadas a los nuevos Grandes Telescopios Mexicanos, me eran de muy poco interés. Mi encuentro años atrás con la obra de Jacobo Grinberg y su prototipo, con la Toltequidad, con Lilia la médium que me llevaba a hacer recorridos por las montañas de México, con el espíritu de Cuauhtémoc a través de “el Hermanito”, y más tarde a mi encuentro con Regina durante un sincrónico y frustrado viaje a Cuba, así como con Don Julio el sanador entre muchos otros, absorbían mi tiempo y mi mente, siendo esa área de conocimiento donde encontraba ahora respuestas a inquietudes muy profundas de infancia, de vida, que la ciencia y su método materialista no me daban ya desde tiempo atrás.
Aprovechando las ventajas del tipo de conexión a Internet existente en el instituto donde trabajaba y producto de algo que se estaba abriendo en mi de manera inconsciente debido a mis meditaciones en privado para resolver mi proyecto de tesis de posgrado, dedicaba gran parte de mi tiempo laboral ahora a investigar sobre temas que llegaban a mi conciencia de manera espontanea. De alguna manera me empezaba a dar cuenta que toda mi vida algo me había entregado preguntas y respuestas relativas a las áreas de mi interés. Algo en mi operaba como si de alguna manera yo supiera, hecho que no es fácil de manejar, pues esa capacidad había sido vista por algunas personas en ciertas ocasiones como una actitud pedante de “el sabelotodo”. Ya para ese entonces ese algo interno me había indicado que me deshiciera de todos mi libros y materiales científicos personales, redujera al mínimo mis posesiones y me concentrara fundamentalmente en los libros que poseía de Jacobo Grinberg y de Antonio Velasco Piña, y unos cuantos otros vinculados con los mismos temas. Trascendentales revelaciones sobre el espíritu de ME XHIC CO se desprenderían de aquel hecho. Durante las noches, era comúnmente despertado a las 3:33 a.m. con una fuerte necesidad de meditar donde encontraba una deliciosa sensación de conexión más allá del espacio-tiempo común, que al terminar me llevaba suavemente a la cama de regreso en la madrugada a continuar con mi sueño. Igualmente al ser despertado por la mañana, más tarde, tenía la sensación de encontrarme con ciertos textos de las obras antes mencionadas donde poco a poco fui encontrando mensajes y respuestas a través de esa guía. En algunos casos las respuestas se daban al abrirse de manera espontanea algún libro, en otras soñaba alguna página o texto, o llegaban visiones o escuchaba voces en sueños, e incluso se llegaron a materializar libros y otros objetos, etc.. Ahora mismo que escribo estos párrafos, lo hago bajo la misma influencia quien me despierta aun por las noches como en esta ocasión con la energía y claridad para compartir mis historias.
Con aquel material que ya alcanzaba más de una decena de páginas de extensión, un día sentí la fuerte necesidad de entrevistarme una vez más con Antonio, para platicar con él acerca de lo que estaba ocurriendo y llevarle una impresión de los extractos con la esperanza de que me ayudara a comprender. Después de darle una ojeada, con gran humildad, como era su costumbre, por único comentario me dijo ¿Por que no vas a ver a Jorge?. Se refería por supuesto a Jorge Berroa, cercano amigo de él así como de nuestra común amiga Laura Esquivel, quien había escrito el prologo de su libro “Hombres que quieren ser” donde se narra la vida del médium cubano, quien fuera guiado por elevados espíritus como Gandhi entre otros, para contribuir con el despertar de México y del planeta.
Tiempo atrás había leído el referido libro por lo que el personaje me era bastante familiar, aun cuando tardaría años en comprender el alcance de lo revelado en aquel testimonio. Lo mismo me ha ocurrido con muchos, por no decir todos su libros, e incluso hoy día no creo haberlo logrado del todo, aun después de varias relecturas. Tomé nota de los datos de Jorge y me preparé para el encuentro teniendo la certeza de que como en muchas otras de nuestras pláticas, los aparentemente casuales comentarios y sugerencias de Antonio contenían mensajes y premonitorias revelaciones de eventos que tardaba mucho tiempo en alcanzar a comprender su verdadera magnitud y alcance.
Tan pronto me fue posible, llamé al número telefónico que me había proporcionado mi amigo intentando obtener una cita. Del otro lado, una mujer de mediana edad respondía. Después de explicar brevemente algunos antecedentes y el objetivo de mi llamada, acordamos fecha y hora para una entrevista personal con el médium. Entre la fecha que mediara entre mi llamada y la del día de la cita, sentí la fuerte necesidad interna de extractar 3 párrafos de diversos textos, entre ellos: “El Valle Sagrado de Tepoztlán” de Daniel Ruzó, “Hombres que quieren ser” de Antonio Velasco Piña y “La raza cósmica” de José Vasconcelos, mismos que imprimí en cuatro copias que guardaría cada uno en un sobre correspondiente. Uno de aquellos sobres sería para el médium. Por supuesto no estaba consiente de donde surgía esa necesidad ni del hecho de que con el paso de los años ese evento sería premonitorio para mi encuentro con Jorge y lo que él me revelaría primero en cuerpo y más tarde como espíritu. El día de la cita, me encontré con que su departamento se encontraba en un pintoresco conjunto ubicado en la Colonia Condesa, muy cercana a mi casa de infancia en la contigua Colonia Roma. De hecho siempre había llamado mi atención ese conjunto habitacional por sus características arquitectónicas, pero nunca había tenido la oportunidad de conocerlo por dentro.
Como casi siempre se me hace temprano aunque quiera llegar puntual o incluso llegar tarde para sintonizarme con la costumbre general, recorrí a pie los alrededores como ya se me iba haciendo cada vez más y más habitual dada mi incursión en la práctica de caminatas rituales. Admiraba el entorno, los detalles de la construcción y los exteriores, la vegetación y a las personas, imaginando como sería vivir en ese lugar, en fin, intentando sentir las energías de aquella zona. Cuando llegó la hora de la cita, me dirigí al departamento que ya para entonces tenía perfectamente ubicado. Llamaba mi atención una puerta de acceso abierta con una reja interior más adelante. Curiosa similitud con el caso de Lilia, la primera médium que conociera años atrás, cuyo departamento contaba primero con una reja que daba acceso a una puerta que aunque estuviera cerrada, tenía pintada en su interior y de manera simbólica una puerta siempre abierta, para el mundo espiritual. Anuncié mi llegada, y segundos después aparecía ante mi un hombre de raza negra, alto y corpulento, de alrededor de 60 años según calculé, con el cabello corto y entrecano, que abría la reja y me invitaba a pasar después de descalzarme. No me extrañó en lo más mínimo la petición pues me era familiar por ser costumbre generalizada en numerosos recintos vinculados con el mundo espiritual (ashrams, mezquitas, etc.), y que también fuera común en mis visitas con la médium antes mencionada y de la que ella misma me explicara su porque y su importancia.
Al pasar me encontré con un espacio amplio, con una decoración sencilla. Me senté donde mi anfitrión indicó y sentí inmediatamente una sensación de profunda conexión y paz vinculada con aquel personaje, lo que me llevó de manera inmediata al silencio interior y exterior. Me preguntó el motivo de mi visita y brevemente relaté lo mismo que había explicado al hacer mi cita, pero antes le entregué el sobre. Jorge me preguntó si debía leerlo, le dije que solo que el lo considerara necesario, si no, que lo hiciera después. El prefirió dejarlo para cuando estuviera solo. En medio de esa sensación de conexión y paz, escuché sus palabras hablando de pensamientos que me eran muy íntimos y familiares, de inquietudes de vida jamás externadas, y del hecho de que “me estaba esperando”, afirmación a la que él diera un especial énfasis que si bien yo solo podía asociar conscientemente en ese momento con aquella nuestra cita, intuitivamente percibía que quizá guardaba un significado más profundo. Después de diversas instrucciones y comentarios que ahora entiendo eran para el futuro, una especialmente enigmática revelación me fue hecha casi al final de la sesión. De manera totalmente inesperada me dijo “¡Conocerte me ha dado sentido!”. Escuchaba tratando de no emitir juicio personal alguno, aunque desconcertado ante aquellas revelaciones la cuales no alcanzaba a comprender en lo más mínimo, pero en mi interior, sin saber por que, sentía que contenían una profunda verdad. Jorge en esa sesión, sin que yo le verbalizara ningún detalle desde mi llegada y sin haber visto aun el contenido del sobre que le entregara momentos antes, sabía de “el trabajo” que los mismos guías estaban realizando por medio de las revelaciones entregadas en la madrugada, y me enviaron un mensaje a través de él como médium diciendo “¡Sigue tomando notas pero no publiques nada hasta que recibas indicaciones!”. Igualmente Jorge, sin que yo lo supiera en ese momento, me entregaba una clave para mantenernos en contacto, misma que tenía clara resonancia con aquellos acontecimientos vividos por mi casi una década antes ya narrados al respecto de la puerta dimensional de Campeche.
Después de un rato, que quizá estimo duró un poco menos de una hora, al final de la sesión le dije a Jorge, ¿Cuanto te debo?, a lo que él respondió ¡Quinientos pesos!. Saqué el billete de mi cartera y al extender la mano para entregárselo, me dijo. Deja caer el billete al suelo, un día te explico su por que energético. Así lo hice y me despedí del personaje llevando conmigo un conjunto de reflexiones y sensaciones. Una de ellas muy profunda e inconsciente era el hecho de percibir algo así como a dos hombres en uno. El lado derecho de su rostro más claramente de rasgos negroides y el izquierdo, similar pero como cenizo o blanquecino. Sería necesario el paciente paso del tiempo para que se revelara el misterio, en parte producto de la observación de la portada del libro sobre su vida, y en parte por una revelación aparentemente casual como las que comúnmente me entregaba mi amigo Toño, cuando me dijo, una vez Jorge me comentó que su libro sería muy exitoso en Australia. Algunos meses después, a la entrada del bosque de Chapultepec, previa a una presentación de un espectáculo de teatro sagrado, me reencontraba con dos amigos anglosajones residentes en Australia y algo dentro de mi evocó aquel comentario, lo que me llevó a hablarles sobre el libro de Antonio, quien sincrónicamente se encontraba a mi lado. Días más tarde el autor les hacía entrega de un ejemplar que llevarían con ellos a ese continente.
Texto completo (ver vínculo al final)
Por aquellos días tenía ya varios meses de acudir cada miércoles a la casa de Laura Esquivel para compartir en grupo las semanales reuniones de “Un curso de milagros”, lugar al que había sido guiado desde incluso mucho tiempo atrás, de manera inconsciente, sin poder comprender todo lo que en ese espacio ocurriría. La sorpresa fue que prácticamente después de mi encuentro con el médium, escuchaba de boca de la propia Laura comentar con todos, aunque particularmente con Toño (Antonio Velasco Piña ) su amigo de mucho tiempo atrás y también asiduo asistente a ese espacio, el hecho de que repentinamente Jorge “se encerró” en su departamento para prepararse en un trabajo personal, por lo que en adelante ya no recibiría a nadie más, incluidos ellos, sus muy cercanos amigos. Ambos expresaban extrañeza al respecto de esa decisión. Algunas semanas después, a principios del 2005, llegaba el permiso de empezar a plasmar aquellos párrafos que le entregara a Antonio tiempo atrás, mismos que pasarían a conformar el primer blog, retornosagrado, primero de una serie que más tarde conformarían el indice sagrado diseñada por lo mismos maestros según ellos mismos lo explicaran.
A lo largo del 2006, de manera esporádica pero reiterada, escuchaba los miércoles durante las reuniones, la platica entre mis amigos Laura y Antonio expresando el hecho de que Jorge continuaba encerrado y que incluso no atendía ya ni siquiera llamadas telefónicas. Lo acompañaban en su encierro, Miriam, su hermana, y Consuelo, su pareja. En tanto mis experiencias internas de contacto se iban incrementando. Observaba por ejemplo como una de mis grandes pasiones, la música, tomaba giros intuitivos que ahora me permitían una más fluida y superior capacidad de improvisación, particularmente en el caso del piano. Me era cada vez más claro ahora el por que de la clave entregada por Jorge que me permitía a través del aire vivir intensas experiencias en las cuales me era dado captar profundas revelaciones, no sin un costo en cuanto a alteraciones en mis sentidos comunes de percepción, particularmente del paso del tiempo, que me llevaron a aislarme casi totalmente e incluso descuidar mis actividades cotidianas, laborales, sociales y hasta de pareja.
A finales del mismo año, durante una de nuestras sesiones, Laura comentó que había acudido a ver a Lolita, su astróloga, tarotista y vidente y que durante esa visita, como en otras ocasiones, a través de ella recibiría información trascendente. Ahora le decía “¡Vas a recuperar una propiedad pues un amigo tuyo va a dejar su cuerpo!”. Al escucharlo, Laura de manera automática asoció aquellas palabras con su amigo Jorge Berroa, pues el departamento donde este vivía era propiedad de ella, y se lo prestaba de manera generosa como es su naturaleza. Ante aquellos eventos, Laura nos había manifestado su inquietud de llamar para preguntar por Jorge. Una semana después nos compartía que este continuaba su encierro pero que se encontraba bien. Antonio y todos quienes conocíamos al médium manifestamos nuestra alegría ante aquellas noticias, sin saber que tan solo una semana después, durante la siguiente reunión, Laura nos confirmaría que Jorge efectivamente había desencarnado como fuera anticipado apenas un par de semanas antes. Hecho profundamente sorprendente para todos y que hacía resonar en mi, aunque de manera silenciosa, aquel encuentro con Jorge. Digo de manera silenciosa pues hasta ese momento, e incluso ahora que esto escribo, solo había compartido los detalles del encuentro con Antonio.
Han pasado varios años desde aquellos sucesos y muchas cosas han ocurrido con el ahora espíritu del ser que en vida llevara el nombre de Jorge Berroa, quien junto con los otros espíritus de los que ya he hablado en otros relatos se ha venido sumando de manera contundente, ya que a través de diversos médiums que hasta el día de hoy no saben de los detalles y las claves que él me entregara en esa entrevista, he recibido sorprendentes revelaciones. Con el paso del tiempo el propio Jorge, en espíritu, me ha ido aclarando más y más el significado de sus palabras durante aquella entrevista, confirmando de manera detallada mi intuición de que no era fortuita la sincronía entre nuestro encuentro y su encierro.
Ahora, a más de 3 años después del primer encuentro con Jorge, muchas de las cosas que me fueran expresadas a través de él, aun cuando todavía quizá no tengo todas las respuestas, si muchas de ellas son ya parte de mi vida cotidiana. Incluso aquel comentario sobre el hecho de la importancia que tenía para él nuestro reencuentro, tendría respuesta, al menos parcial, cuando a través de internet y derivado de la reciente creación del foro mexicosagrado por indicaciones de los mismos maestros, llegaba Angy a escena creando un hermoso y completo sitio sobre Jorge, concluyendo así un encargo de años atrás.
A modo de homenaje a Jorge Berroa, amigo y maestro de tantos, narraré algunos de los eventos que se han venido sucediendo asociados con su espíritu desde el día en que dejara su cuerpo.
Si bien durante aquella entrevista con el médium, este me hizo entrega a través de diversas revelaciones de todo aquello que era necesario para los eventos que él tenía claro ocurrirían entre nosotros en el futuro, como yo no estaba listo aun para comprenderlas, quizá incluso ahora que esto escribo, traté de tener una segunda entrevista básicamente para ver si me hacía algún comentario al respecto del sobre que le había entregado días atrás, y fundamentalmente para preguntarle si sería posible que me integrara a algún grupo donde el enseñara o si era posible que me transmitiera algo de su conocimiento de manera individual. Por supuesto que el ya me había dado todas las respuestas en la primera sesión sin que, como ya comenté, fuera yo capaz de comprender el alcance de las mismas, cosa que empezaría a ocurrir algunos meses después de que iniciara su encierro, aunque confieso que al igual que como se narra en el libro sobre su vida, algunas de las experiencias no serían nada fáciles. En esa segunda ocasión, me encontré con un Jorge, que siento se encontraba más en él mismo que “en trance”, circunstancia poco común según me comentara tiempo después Antonio, quien en alguna de nuestras charlas me reveló lo siguiente. Pocas personas conocieron a Jorge, pues casi siempre durante las sesiones "dentro de él" se encontraba el espíritu de Don Antonio Cortina.
Quizá quien lea este relato se preguntará: ¿Por que hablo de reencuentro si aquellas habían sido mis primeras entrevistas con el médium?.
Después de algunos meses de que Jorge dejara su cuerpo, al final de una de nuestras semanales sesiones en casa de Laura, de pronto Antonio me preguntó si estaba interesado en asistir a un grupo con una de las alumnas de Jorge que desde su perspectiva mejor habían continuado la línea de enseñanza que este representara en vida. Por supuesto de inmediato respondí afirmativamente, era la oportunidad que me había quedando anhelando y donde esperaba encontrar respuesta a muchos de los muy intensos eventos que me habían estado ocurriendo desde tiempo atrás. Algunos días después Antonio me llamaría para acordar fecha y hora para pasar por él ya que me acompañaría para presentarme. Tuve un segundo privilegió ya que además de las sesiones con la ex alumna de Jorge, durante muchos meses recogí a Antonio en su casa quien me acompañaba al norte de la ciudad, con Leticia, a las meditaciones.
Habían pasado ya muchas semanas de asistencia continua al grupo donde dependiendo del día (Jueves y Sábado), nos reuníamos alrededor de 10 y 20 personas respectivamente, cuando de pronto se me permitió atestiguar el siguiente mensaje del mundo espiritual. Nos estábamos despidiendo del grupo al final de la sesión, y sincrónicamente me encontraba junto a Antonio, cuando de pronto Cony, una compañera, quien apenas hacía unos pocos días me confiara durante un aparentemente casual y breve encuentro entre nosotros que era médium, dirigiéndose en esta ocasión a él, envió el siguiente mensaje: “Que dice Jorge, que dice Beethoven que se acuerde de las primeras cuatro notas”. Aquellas palabras contenían un claro mensaje del que yo era cómplice, quizá por ello se enviaba de manera que pudiera ser testigo del la entrega del mismo. Antonio simplemente guardó silencio, yo por mi parte no pude evitar preguntarle a mi compañera si tenía conocimiento acerca del libro titulado “Hombres que quieren ser”, a lo que ella respondió por supuesto que sí, pero que aún no lo había leído. Tanto el momento de la entrega del mensaje, como el hecho de desconocer conscientemente los detalles sobre el músico alemán narrados en el citado libro, confirmaban para mi de manera contundente el origen espiritual del mismo.
Por aquellos días en que fuera enviado el mensaje, los descendientes directos de aquellos políticos que fueran protagonistas de la historia de México durante los 90´s cuando se intentó destruir a la nación que incubaba a la nueva cultura que estaba naciendo, a los que también se hace referencia en el mismo libro, manifestaban su intención de realizar una serie-documental para televisión internacional sobre la vida de Regina aprovechando un guión de años atrás elaborado por Laura para una película. Ese proyecto, después de algunas reuniones se detendría, siendo muy revelador el hecho de que al final de la comida donde se dieron cita los promotores del proyecto así como los escritores, misma donde me fue dado asistir como amigo y por haber sido designado de manera casual como intermediario para que se diera aquel encuentro. Aquel miércoles, cuando nos dirigíamos ahora hacia nuestra reunión en casa de Laura, los elementos se manifestaban, particularmente el viento que con una inusual violencia causaba cuantiosos daños en toda la ciudad, arrojando señales en nuestra dimensión de una batalla librada en otros planos. No puedo dejar de mencionar el hecho de que mientras estuvo en marcha el proyecto, como posibilidad al menos, los espíritus de Cuauhtémoc, la Virgen de Guadalupe, la Iztaccihuatl, Regina y Jacobo estuvieron presentes de manera continua y fueron percibidos por más de un médium.
Sin embargo de aquel mensaje enviado por el espíritu de Jorge, se desprendería la mayor revelación que hasta ahora me fuera entregada por el mismo. Algunos días después Cony ahora se dirigía a mi para comentarme que Jorge me quería dar un mensaje, y que para ella eran mejores las condiciones si yo aceptaba acudir al lugar donde realizaba sus meditaciones, mismo que se encontraba también al Norte de la ciudad, aunque un poco menos, por la Villa de Guadalupe.
Acordamos la cita, a la que acudí sin que se presentaran obstáculos o inconvenientes y en la que nuevamente tuve oportunidad de recorrer a pie la zona pues una vez más llegué con mucha anticipación. Ya en su casa, ella gentilmente me mostró sus espacios, para al final conducirme a su cuartito de meditación donde me pidió que me sentara y cerrara los ojos para posteriormente poner un poco de música suave.
Durante aquella sesión el espíritu de Jorge se hizo presente haciendo una vez más profundas revelaciones esta vez al respecto de un vinculo preexistente entre nosotros que se remontaba a alrededor del año 500 a. C.. Afirmaba sin que yo pudiera comprender a que se refería que “ambos habíamos sido el mismo”. También me habló de una misión que nos unía, y que estaba relacionada con canalizar la energía captada por las grandes pirámides proveniente de diversas galaxias y constelaciones, para distribuirla en el planeta por medio de túneles subterráneos. Por si todo lo anterior no fuera en si mismo demasiado, me revelaba otros detalles incluidos los relativos a un “comando espacial”, afirmación que sin alcanzar a comprender, me hacía profunda resonancia por múltiples experiencias ocurridas a lo largo de mi vida, muy particularmente con el obsequio que me hiciera Antonio tiempo atrás, al principio de nuestra relación de amistad, consistente en un bello y antiguo libro en dos volúmenes con múltiples dibujos a la acuarela, titulado “EGIPTO”, mismo que como el mismo me comentara, muy probablemente había pertenecido a “El coronel” y había llegado a sus manos a través de Ayocuan. Antecedente que tiene profunda resonancia con el hecho de que algunas semanas después, al finalizar una caminata ritual en una de las principales rutas energéticas de México, un secreto guardián Olmeca se me acercaría haciéndome llegar indicaciones que me llevarían poco tiempo después a viajar a ese país y que me permitirían ponerme en contacto con secretos guardianes de aquellas tierras, pero esa es en si misma otra historia.
Por todo lo anterior tenía certeza de que aquel mensaje debía provenir de una fuente superior pues aquella mujer desconocía todo detalle sobre mi encuentro personal con el médium o sobre mis experiencias vinculadas con Jacobo, con Antonio y con la propia Regina, etc., sin embargo hacía referencia a la misma clave que me ha sido entregada de manera reiterada incluso a través de Jorge en aquel nuestro primer encuentro en esta vida. Habían sido necesarios muchos años de contacto con maestros, de vivencias, de revelaciones, de entrenamiento en el silencio y el no juicio para ser capaz de intentar abrirme a aquellas afirmaciones.
Esa sesión que fue grabada, la he compartido con muy pocas personas, entre ellas mi amigo Antonio cuya opinión me era muy importante dada su cercanía con Jorge en vida, así como su entendimiento en temas “espirituales”. Para mi asombro todo lo expresado en ella fue recibido por él manifestando total conformidad al respecto.
Alrededor de la misma fecha, unos dos años después de su transición, el propio espíritu de Jorge durante una de aquellas intensas sesiones con Leticia, revelaba como aquel encierro realizado por él, efectivamente había sido un “ejercicio de preparación consciente” para dejar su cuerpo. Me encontraba ahora en el caso de Jorge con profundas similitudes a lo ocurrido con Jacobo Grinberg, según su propio espíritu lo había venido revelando también.
Aun ahora, cuando muy poco sigo siendo capaz de comprender, continúan ocurriendo hechos prodigiosos con múltiples personas, como también fuera anticipado tanto por Jorge como por Don Julio, confirmando de diversas maneras lo narrado con anterioridad, mismos que intento plasmar en palabras, como se me ha indicado, como lo hiciera Jacobo, tratando de lograr armar el “complicado rompecabezas” al que hace reiterada referencia en sus libros mi querido y cercano amigo “el testigo”.
Si bien todo lo anterior pudiera parecer fascinante para algunos y hasta increíble para otros, yo tan solo puedo decir ¡Los hechos ocurrieron así, tal cual lo afirmo!. Debo confesar que me deja una sensación como de “rally enigmático” con carreras de relevo, donde Daniel Ruzó en espíritu entrega claves sobre las montañas sagradas de México, que más tarde me permitirían comprender al menos en parte a Regina y a la obra de Antonio. Luego Jacobo entrega claves de “El prototipo” y de el Espíritu de México también más allá del espacio-tiempo (el pasado para él, el futuro para mi). Algo similar ocurriría con Francisco Lerdo de Tejada, muy cercano amigo de toda la vida de Antonio con quien coincidiría durante la presentación del libro titulado “Los siete rayos” en el Castillo de Chapultepec, sin que yo tuviera consciencia de ello y a quien ya no conocería pues, por ese tiempo en que apenas empezaba mi amistad cercana con Toño, sincrónicamente Francisco dejaría su cuerpo de manera intempestiva apenas algunas semanas después, concretamente dos días antes de él partir en un nuevo viaje a Egipto. Fue nuevamente, solo una ves que estuviera sin cuerpo y con la intervención de diversos médiums que se me entregaría el libro escrito por él titulado “Bruma en el reflejo”, y más tarde el video sobre “El valle sagrado del Urubamba” donde recibiría profundas respuestas para mi pasado, presente y futuro. Por supuesto entre este grupo de invisibles acompañantes y guías, no puedo dejar de mencionar al espíritu de mi padre quien dejara su cuerpo siendo yo apenas un niño.
Para estos tiempos que corren la misión de Jorge y sus elevados espíritus guías se hermana con la de todos aquellos seres que en todo lugar y tiempo y hasta más allá de él trabajan incansables para contribuir con la elevación de la consciencia hacia el avance espiritual de la humanidad. Misión magistralmente sintetizada en los párrafos siguientes:
Jorge Berroa del Río
Lectura en linea de la biografía del médium cubano-mexicano
(con traducción automática a más de 100 idiomas)
Para estos tiempos que corren la misión de Jorge y sus elevados espíritus guías se hermana con la de todos aquellos seres que en todo lugar y tiempo y hasta más allá de él trabajan incansables para contribuir con la elevación de la consciencia hacia el avance espiritual de la humanidad. Misión magistralmente sintetizada en los párrafos siguientes:
“... Finalmente, los espíritus ... dieron a conocer ... los motivos por los que habían venido interiorizándolo en la comprensón de los grandes ciclos históricos. La suerte del planeta dependía de que los seres humanos lograsen superar la inconciencia que los dominaba y fuesen capaces de impulsar el surgimiento de una nueva cultura de alcances planetarios. El lugar de la tierra donde estaba naciendo esta nueva cultura era México. ”
“... la humanidad y el planeta mismo atraviesan por un trascendental parteaguas. Toda una serie de edades históricas y de ciclos cósmicos están finalizando y dando inicio a otros nuevos. Antiguas profecías, contenidas en los libros y tradiciones sagradas de muy distintas culturas, señalan con toda precisión estos tiempos como una época decisiva de la cual depende el avance o decadencia de la especie humana”
Jorge Berroa del Río
Lectura en linea de la biografía del médium cubano-mexicano
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