- México, su universidad, sus montañas y los hombres de conocimiento:
Durante varios meses dediqué parte importante de mi energía y tiempo a recorrer diversas montañas y valles sagrados de México guiado por Lilia, una médium y astróloga que me fuera presentada por Alejandro, un amigo egresado también de la Facultad de Ciencias donde yo estudiara solo que con algunos años de diferencia. Lo había conocido en el instituto de investigación donde yo trabajaba a su regreso de Holanda donde había estudiado su doctorado. Con él compartí múltiples experiencias espirituales y fue también por su intermediación que tuve mi primer contacto consciente con el conocimiento vinculado con la toltequidad.
Lilia había sido discípula del peruano Daniel Ruzó, erudito estudioso del conocimiento guardado en numerosas montañas del planeta, autor de diversos libros, experto en Nostradamus y quien le diera el ahora famoso nombre a “El Valle Sagrado de Tepoztlán”, título de uno de sus libros.
Poco a poco se fue develando en esas experiencias un conocimiento donde la temática fundamental era como las montañas son seres espirituales, maestros de la humanidad, seres de una dimensión espacio temporal superior con un espíritu y una memoria, así como la forma de acceder a ello.
Por esa misma época sucedían dos cosas en mi vida personal. Por un lado me encontraba involucrado por cuestiones de interés institucional, en proyectos de investigación en instrumentación opto electrónica para astrofísica, relacionados con una técnica, entonces novedosa, para mejorar la calidad de las imágenes astronómicas de los telescopios terrestres con resultados similares (en el límite teórico) a las que es posible lograr con los telescopios espaciales, pero a costos mucho muy inferiores.
Por otro lado, interesado toda mi vida en el tema del cerebro y las neurociencias, mi mente se deleitaba con el contenido del texto que recién llegaba a mi titulado “El cerebro y los chamanes” de la serie “Chamanes de México” del doctor en neurociencias Jacobo Grinberg.
En ellos el autor narra diversas experiencias vividas por él en su búsqueda por el México profundo con diversos hombres de conocimiento del mundo indígena. En particular, en el texto antes citado, Jacobo desentrañaba y unía profundos enigmas del mundo fenoménico espiritual con paradigmas de frontera de la física teórica entre otros campos de las ciencias de frontera. Para mi en ese entonces aquel era un enfoque visionario, profundo y clarificador.
Por la energía que a veces invertía en mis temas extrauniversitarios, ahora tenía menos tiempo para estar presente en interminables reuniones para planear que dirección debían tomar los proyectos. Por otro lado había finalizado mis estudios de postgrado en ingeniería y debía preparar mi tesis.
Afortunadamente, por ese tiempo existía un proyecto un tanto relegado pues los responsables no estaban pudiendo obtener resultados. El equipo experimental ya estaba adquirido, con un tema de frontera que podía servir como tesis y que representaba un reto interesante donde aplicar óptica, electrónica e instrumentación virtual.
Propuse mi tema de tesis mismo que fue aceptado sin problemas por los comités correspondientes. A partir de entonces empecé a tener la justificación académica, no sin cierta reticencia por parte de mis colegas por el hecho de no estar tan presente en la vida colectiva académica como antes, para encerrarme solo en el laboratorio de prueba de detectores, donde existen condiciones de oscuridad total. Llegaba de mis caminatas con mis nuevas visiones de la realidad, y, en medio de la oscuridad y del silencio entraba en estado de meditación, no pensando como resolver el problema que tenía frente a mi y que dirección tomar, sino pidiendo ayuda, y esperando una respuesta interna a mi petición. El primer pensamiento que cruzaba mi mente lo tomaba como línea a seguir, y poco a poco el proyecto fue avanzando.
- Un complicado aparato lleno de espejos:
El sistema experimental básicamente constaba de espejos, un láser y un fotodetector sensible a mínimas desviaciones del haz luminoso perturbado intencionalmente. Conectado al sistema se encontraban computadoras análogas y digitales que procesaban las señales tomadas del detector y en tiempo real enviaban señales de control a los espejos montados sobre actuadores cuya función era cancelar las perturbaciones provocadas en el haz luminoso. Más adelante, montado el sistema en alguno de los telescopios del Observatorio Astronómico Nacional, el láser sería remplazado por la luz proveniente de alguna estrella brillante y las perturbaciones serían producidas por la turbulencia de la atmósfera terrestre.
- La ciencia y la conciencia:
Para ese entonces estaba más interesado en el área de investigación del Dr. Grinberg que en la que estaba comprometido en el instituto donde trabajaba, misma que venía realizando desde muchos años atrás vinculada con la astronomía. El cerebro y la conciencia eran en el fondo los temas de mayor interés en mi vida. De hecho fue por ellos que me adentré en la cibernética y las computadoras, pues el camino de los experimentos neurofisiológicos con seres vivos estaba más allá de lo que mi sensibilidad podía manejar. Incluso derivado de el contacto con las montañas me había vuelto mucho más sensible a energías sutiles y me volví vegetariano al comprender como las vibraciones de dolor y sufrimiento durante la muerte, e incluso a veces durante la crianza de los animales, son absorbidas por nosotros al momento de comerlos, adormeciendo nuestra conciencia. ¿Acaso podríamos “despiertos” tratar así a cualquier ser sensible hermano nuestro en el universo?. Lo anterior incluye a las plantas por supuesto, pero llegar a la alimentación inmaterial con prana es el regalo para aquellos ascendidos, liberados completamente de la materia, meta última de aquellos que siguen el camino de la conciencia y la espiritualidad.
Mi interés por la neurofisiología me llevó a vincularme durante el transcurso de mi vida universitaria, en proyectos interdisciplinarios con la facultad de medicina en temas de biofísica y fisiología. Llegando incluso a realizar alguna investigación sobre el cerebro, para la cual pasé numerosas horas en la biblioteca del Centro Médico Nacional, cercano a la casa donde entonces vivía, leyendo artículos sobre el tema, intentando hacerme un esquema de lo que se “creía” o se conocía desde la perspectiva científica al respecto del tema. Entre más me adentraba, más decepcionado me sentía de los limitada de la visión, de los tímido de los paradigmas, de lo fragmentado del conocimiento plasmado en esos artículos.
Años más tarde, después de encontrarme con la visión de Jacobo y la conciencia, entendería claramente aquello que escribiera Ouspensky en su libro “Un nuevo modelo del universo” donde expresaba una verdad aún vigente hoy día que predomina la ciencia racional y fragmentadora “no tenemos ciencia sino ciencias”, pero cerca está ya el reencuentro con la CIENCIA, la suprema verdad espiritual, la que integra, la que une la mente racional y el corazón intuitivo.
- Un prototipo:
Sabedor a través de la obra de Jacobo de que este deseaba contar con un electroencefalógrafo multicanal portátil para realizar trabajos de campo con algunos chamanes que no estaban interesados en acudir a su laboratorio, actitud de parte de ellos que ahora creo entiendo mejor. Me empeñé en desarrollar un prototipo basado en una microcomputadora, para lo que utilizaba el mismo “software” novedoso para desarrollo de instrumentación virtual, la misma computadora, y muchos otros componentes con que ya contaba en el laboratorio donde realizaba mi proyecto de postgrado. Desconectaba un módulo electrónico, cargaba otro programa y alternaba entra la instrumentación astronómica y la neurofisiológica. Avanzando en ambos por medio de la meditación.
Mi objetivo era que, una vez terminado el prototipo de electroencefalógrafo, ponerme en contacto con Jacobo y, si me aceptaba, irme a trabajar con él.
Pasó el tiempo y los proyectos avanzaron, ambos sistemas llegaros a operar satisfactoriamente a nivel prototipo. Pero lo que en verdad me interesaba era seguir la línea de Jacobo.
- Buscando a Jacobo:
Dado que Jacobo trabajaba en la misma universidad donde yo lo hacía, busqué su información en la base de datos digital y le envíe un correo electrónico haciéndole saber mi intención.
En tanto esperaba respuesta me dedicaba a escribir mi tesis, tendiente a obtener mi grado académico como Maestro en Ingeniería Eléctrica, en las áreas de electrónica y control.
Pasaron varias semanas sin que obtuviera respuesta de su parte, ni aceptando o rechazando mi propuesta, solo silencio total. Empezaba a inquietarme y me preguntaba ¿Habrá recibido mi correo?, así que decidí reenviárselo.
Tiempo después, cuando prácticamente había descartado la posibilidad de hacer contacto con él, un día llegó a la cuenta de correo electrónico de la universidad desde donde había intentado hacer contacto con mi colega universitario, una respuesta automática indicando que el destinatario no había sido encontrado. Adjunto estaba mi escrito dirigido a Jacobo.
Poco había avanzado, pero al menos ahora sabía que el correo electrónico no era la vía adecuada para hacer contacto. Sabedor de que se encontraba en la Facultad de Psicología de la UNAM, un día decidí hacer un recorrido a pie y atravesar el enorme campus universitario hasta su otro extremo para tener un encuentro personal.
Llegué a la referida facultad y fui preguntando a quienes encontraba donde podría encontrar al Dr. Grinberg. La sensación era extraña, solo recibía respuestas cortantes, que me daban una sensación de antipatía de parte de sus colegas. Me decían ¡El Dr. no está!, o bien ¡Su laboratorio es el de neurofisiología, búsquelo allá!. Caminé siguiendo las indicaciones hasta encontrarme con una puerta cerrada con un letrero que confirmaba ser el que buscaba. En ella se encontraban unos sellos de papel, como aquellos utilizados cuando se lleva a cabo una clausura vinculada con algún asunto jurídico, pero no tenía más datos.
Decidí dirigirme a la sección escolar para pedir más información y al hacer la misma pregunta ante la persona al otro lado del mostrador por única respuesta me dijeron de manera seca y contundente ¡El doctor desapareció!.
No alcanzaba a comprender que quería decir, que podía significar eso. Pregunté nuevamente y de manera cortante me respondió ¡Es todo lo que le puedo informar!. Agradecí y me dirigí hacia la salida con una sensación de desconcierto y frustración.
Había apenas avanzado un corto trecho alejándome del lugar cuando una fuerte sensación me invadió, como llamándome a que regresara y llenando mi mente con un argumento claro, simple y contundente. Regresé ante la misma persona de la oficina y le dije. ¡Disculpe, soy el Jefe del Laboratorio de Electrónica del Departamento de Instrumentación del Instituto de Astronomía!, cosa que era verdad. ¡Tengo un equipo para el Dr. Grinberg!, ¿Con quien puedo hablar para entregarlo?.
Ante esa presentación de carácter más oficial, la persona se disculpó por su anterior actitud y me aclaró que no había noticias de Jacobo desde hacía mas de año aproximadamente. Que se había llevado a cabo una investigación relacionada con su desaparición y, sacando un documento con información académica sobre el citado personaje, del que algo de su contenido alcance a ver, mismo que volteo inmediatamente al observar mí claro interés. Me dijo ¡El profesor ya fue dado de baja de la universidad!. La fecha de desincorporación, que si había alcanzado a ver, hacia referencia a Diciembre de 1995.
Nuevamente agradecí la información y me retiré, y casi en el mismo lugar en la explanada en que antes había decidido regresar para indagar más, de pronto una mujer joven, estudiante de la facultad se me acercó por atrás y tomándome por sorpresa del brazo me dijo ¡Ven conmigo, yo fui alumna de Jacobo!. Me guío hacia una barda alejada de la facultad en un lugar disimulado por unos matorrales más o menos fuera del alcance de la vista colectiva. Que extraño me parecía todo aquello. No lograba entender nada en ese momento aunque no fue mucho más lo que me dijo después de todo, pero me confirmó la sensación de que los colegas de Jacobo ni comprendían ni simpatizaban con su trabajo.
Faltaba mucho para que me fuera posible empezar a comprender la dimensión de mi vínculo con Jacobo, y más para que pudiera compartir con otros, apenas unos pocos de entre tantos que si lo conocieron, aunque muchos de ellos tienen poca idea de los alcances de su trayectoria y de su obra, así como de la realidad que rodeaba a Jacobo. Incluso hoy en general me mantengo en silencio al respecto, pero ya puedo con absoluta certeza de mi dicho, compartirlo para quien sea capaz de entender.
- Encuentros más allá del espacio-tiempo:
Muchos eventos me han continuado vinculando con Jacobo, incluso en el presente mientras esto escribo. Confirmando esa realidad espiritual que comparto con él de alguna manera, con su camino y ahora, cada vez con más y más personas aunque contadas todavía.
Por el momento cierro este relato haciendo referencia a un texto, que el universo me hiciera llegar algunos años después de las vivencias antes relatadas. Un texto de Jacobo que considero fundamental, y de su etapa final. Vinculado profundamente con la historia de México y los más sagrados espíritus que se han encargado de su custodia. Entre ellos La Virgen de Guadalupe, lo sagrado cósmico femenino. Cuauhtémoc, el guerrero sagrado, el último gobernante del ME XHIC CO prehispánico.
En él se habla, entre muchas otras muy profundas y reveladoras cosas, sobre la trascendencia del espacio-tiempo. Sobre una puerta dimensional ubicada en un bosque sagrado en el corazón de México, hermanada con aquella ubicada en el bosque de Chapultepec a la que “el testigo” hace referencia, del desaparecer trascendiendo la muerte sin dejar rastro realizado por algunos hombres de conocimiento utilizando esas puertas. De la conexión existente entre mentes sin necesidad de contacto físico, misma que se ha utilizado para enlazar al Tíbet con México en su misión conjunta hacia el despertar planetario.
El texto en cuestión se titula “El Prototipo” y uno de sus párrafos iniciales dice:
“ ... había reconocido tres señales claras desde el principio del proyecto. ... decidieron utilizar la luz láser, se percataron de la necesidad de registrar la posibilidad de mínimas desviaciones de su trayectoria. Armaron un complicado aparato lleno de espejos pero fracasaron. Entonces fueron al departamento de Óptica del Centro de Instrumentos, tocaron la puerta que encontraron y penetraron a una oficina en la que dos técnicos discutían precisamente lo mismo que venían a plantear. Esa fue la primera señal …”
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“… había intuido una posibilidad. Según las enseñanzas, el tiempo y el espacio se podían trascender.”
...
“Había allí una puerta dimensional a través de la cual recibiría respuestas a sus preguntas.”
...
“... a partir de su paso al "otro mundo". No moriría como el resto de los hombres sino que atravesaría la frontera entre los mundos consciente y voluntariamente.
Su cuerpo desaparecería sin dejar rastro alguno ...”
"El Prototipo": Jacobo Grinberg