sábado

Una puerta sagrada al corazón de México



"En ese lugar tendrás toda la energía y toda la capacidad de abrirte en todas las dimensiones. Podrás estar aquí en este momento. Podrás estar en cualquier momento de tu vida pasada o en cualquier momento, hablando con cualquier ser, de la infinitud y de la grandeza de todos los que vivieron para abrir puertas y para abrir la grandeza del gran México."

.:.


El Universo me vinculó con un bosque sagrado de México, con una función y ubicación que con el paso del tiempo se revelarían estratégicas.

Muchos años he tardado en comprender lo poco que puedo, y eso con mucha ayuda superior. Por otro lado prácticamente nada se ha develado aún, a pesar de que por otra parte ya todo está dicho, pues el mundo energético espiritual, sigue leyes fractales-holográficas que pueden resumirse con la frase “el todo en si mismo”.

Han sido necesarios tantos años, alrededor de dos décadas para ganar perspectiva, que ya muchos detalles se han escapado de mi memoria. Solo lo relevante a sobrevivido la prueba del tiempo.
Esta es la historia hasta donde por ahora puedo contarla.


- Una cita frustrada:
Por aquellos días ya estaba en contacto cercano y frecuente con Lilia la médium, astróloga, ex discípula de Daniel Ruzó y guardiana de una entrada intraterrena de la zona vinculada con la cordillera Amatlán-Tepoztlán-Chalma-Malinalco, con quien múltiples historias se habían tejido. Desde mágicas caminatas y rituales sagrados, la mayoría nosotros dos solos, aunque en algunas ocasiones, acompañados por otras personas.

Derivado de todas aquellas experiencias, aún cuando me encontraba fuertemente vinculado al mundo de la razón por estar trabajando por esos tiempos en investigación tecnológica asociada a la astrofísica en la UNAM, su mundo invisible se fue acercando a mi, empecé a recordar y su realidad empezó poco a poco a ser parte de la mía, aun cuando mucho faltaba y seguro falta aún por comprender.

En una ocasión, cercana al final de la etapa con ella, uno de los mensajes recibidos nos llevaban a concertar una cita para encontrarnos en una fecha determinada en un punto de la carretera Xochimilco-Oaxtepec, misma que transitaba con cierta frecuencia en aquel entonces, para trasladarme de mi domicilio ubicado a unas cuadras de la Avenida Cuauhtemoc, en la delegación del mismo nombre en la Ciudad de México, hacia donde comúnmente se encontraba los fines de semana mi maestra y amiga, en una casa localizada muy cerca del balneario del IMSS en Oaxtepec.

El objetivo de aquel viaje era hacer un largo recorrido a pie por entre los cerros que bordean la carretera, lo que según ella propiciaría un encuentro, uno más de tantos que ocurrieron durante aquellas caminatas por valles sagrados y montañas de México acompañado por la médium.
El siguiente fin de semana recibía en casa temprano por la mañana la llamada de Alejandro, mi ex colega universitario quien también nos acompañaría.

Contesté el teléfono semidormido por la hora y al darme cuenta de que era él, sorprendido lo saludé. Al darse cuenta que me encontraba en casa igualmente sorprendido me dijo ¡Te estamos esperando!.
Confundido por estar recién despertado y por no recordar ningún compromiso, tardé en darme cuenta de que se refería a aquella cita concertada el fin de semana anterior. Tan solo pude expresar 
- ¡Perdón, estaba seguro que la cita era para dos semanas después, es decir el siguiente fin de semana!.

Por supuesto esa había sido mi impresión más no la de ellos, y como todo mal entendido no aclarado, produjo sus efectos.
Intentado remediar la situación me ofrecí a salir para allá tan pronto como me vistiera lo que estimaba tomaría unos veinte minutos más el tiempo para llegar, que quizá haciendo un gran esfuerzo sería digamos alrededor de un poco más de una hora.

Escuché desde el auricular como él comentaba mi oferta con Lilía y ambos aceptaban esperarme.
Unos minutos después de colgar, mientras me estaba vistiendo y preparando para salir, recibía nuevamente la llamada de Alejandro quien me comentaba que sería demasiada espera,  la hora previa que ya llevaban más la necesaria de manera adicional para mi llegada, por lo que esa caminata sería pospuesta para otra ocasión.
Aquel recorrido con ellos ya nunca se realizaría, sin embargo el llamado para el encuentro se resolvería por otra vía.

-  La flor de la vida:
Como por ese tiempo me encontraba en franca incursión en el mundo espiritual y en una etapa de profunda búsqueda, solía acercarme y explorar cuanto taller, curso, ceremonia, etc.,  resonaba en mi interior. Llegaba a mí, la invitación a asistir a una conferencia informativa sobre un método denominado “La flor de la vida” basado en una enseñanza entregada por Drunvalo Melchizedek para contribuir a la asención de la humanidad.
Asistí a la conferencia el día y hora señalados, y en medio de alguna de las dinámicas de la misma consistentes en ejercicios energéticos, un hombre corpulento de mediana edad y afable carácter quien se encontraba a mi derecha, de manera casual me abordó intentando hacer charla presentándose como Zeus.


Era abogado y  trabajaba como profesor en la misma universidad donde yo lo hacía como investigador tecnológico en ese entonces. Ante la sincronicidad intercambiamos nuestros datos personales con la intención de reunirnos en una ocasión posterior.
       
Al final de aquella conferencia me sorprendió reencontrarme con la hija de uno de los expresidentes de México a quien años atrás había conocido por cuestiones profesionales. Su padre había tenido un papel protagónico durante los eventos del 68 y por tanto con Regina y su misión, aunque por aquel entonces faltaba algún tiempo para estar consciente del  profundo vinculo que me uniría con la segunda.
El ¿por que? de la presencia de ella en esa conferencia se aclararía posteriormente cuando conociera personalmente a Drunvalo, evento al que me referiré más adelante.

-  Zeus y Cuauhtemoc:
Algunos días después recibía una invitación por parte de Zeus para encontrarme con él y otro colega de la facultad de contaduría de nombre Cuauhtemoc con quien se reunía cada jueves desde hacía algún tiempo.
Ante las variadas sincronicidades manifestadas, por un lado el haber coincidido en aquella conferencia, hecho que hablaba de un mutuo interés en temas espirituales, y por otro lado nuestro vínculo como académicos universitarios acepté la invitación y durante varios meses compartí con ellos semanalmente en la “Casa Club del Académico” ubicada por la zona de “El Pedregal” aledaña al campus de la UNAM, donde nos encontrábamos para comer. Durante ese tiempo intercambiamos sobre los diversos temas de interés de cada uno de nosotros.

Zeus nos llegó a obsequiar ejemplares de “El libro de la vida verdadera” vinculados con los templos de la Iglesia Espiritualista Trinitaria Mariana donde por medio de la mediumnidad se da servicio a los asistentes a las sesiones con acciones como entrega de mensajes o sanción espiritual, entre otras. Más adelante en mi vida aparecerían varias mujeres que en alguna etapa de su vida estuvieran vinculadas con dicha tradición, incluso una de ellas, Leticia, sería mi maestra algunos años después. En la cercanía de aquellos encuentros me enteré que su nombre completo era Zeus Jesús y que tenía un hermano de nombre Hermes.
Cuauhtemoc por su parte nos compartía sobre sus experiencias vinculadas con la tradición Siddha Yoga de la que era discípulo. Nos comentaba sobre su Maestra Gurumayi Chidvilasananda, más conocida como GuruMai y su linaje. Incluso en más de una ocasión  nos invitó al Ashram ubicado en la calle de Zamora en la Colonia Condesa, donde se llevaban a cabo diversas actividades entre ellas meditaciones. Fue por intermediación de él que tuve conocimiento por primera vez de aquella tradición y mi primer acceso.

Yo por mi parte les compartía sobre el conocimiento que el peruano Daniel Ruzo revelara sobre las montañas sagradas a través de sus libros, muy en particular en el titulado “El Valle Sagrado de Tepoztlán”. Aquel era en ese momento uno de mis principales intereses pues estaba profundamente vinculado con ese conocimiento a través de Lilia, por ese tiempo mi guía y maestra, con quien realicé múltiples recorridos por las montañas sagradas de México y viví numerosas experiencias y confirmaciones vinculadas con el mundo espiritual. Sin embargo, eran tantas y tan profundas las vivencias personales con ella que esa parte prefería reservármela y no compartir demasiado con ellos. Incluso hasta la fecha me ocurre que muchas vivencias requieren de años incluso para que se asienten en mi mente y sea capaz de obtener la perspectiva y claridad necesaria, o acaso el permiso de mi guía interno, para plasmarlas en palabras como ahora lo hago.
En alguna ocasión alguien me preguntó si los nombres de mis amigos eran esos realmente. Mi respuesta fue y sigue siendo.
- ¡Si!, todo lo narrado  ha ocurrido tal y como lo afirmo.

-  Cuauhtemoc y “Pachita”:
Sin embargo el más profundo vínculo que sincrónicamente compartía con Cuauhtemoc, ya para entonces amigo al igual que Zeus, era el interés por Bárbara Guerrero, conocida comúnmente como “Pachita”, la chamana curandera que prestando su materia como vehículo para el espíritu del último Tlatoani o gobernante azteca y homónimo de nuestro amigo, afirmaban diversos testigos, era capaz de materializar incluso tejidos humanos y hasta órganos, e injertarlos en los pacientes para sanarlos. Nuestro amigo la había conocido pues, en alguna ocasión acompañó a su padre a una sesión.

Yo por mi parte tan solo tenía referencias indirectas de ella, por una parte a través de su hijo Enrique Ugalde conocido como “El hermanito”, quien supuestamente había heredado los dones de su madre con la encomienda de dar continuidad a la misión espiritual del último gobernante de Mexhico. Por otro lado tenía la referencia a través de la obra escrita del Dr. Jacobo Grinberg, académico investigador en neurofisiología en la facultad de psicología de la misma universidad donde los tres laborábamos. Jacobo de manera extensa y detallada narra en su libro titulado “Pachita” el Volumen III de la serie “Chamanes de México”, sus múltiples experiencias con aquella mujer de conocimiento.

En cuanto leí aquellas palabras algo muy profundo resonó dentro de mi memorizándolas sin comprender su alcance incluso quizá ahora que esto escribo. Lo mismo ocurrió con Jacobo quien hasta la parte final de su obra, varios libros y años después, y en parte con la ayuda de una medium llamada Mayra, podría completar el recuerdo de su travesía espiritual en este plano, al recordarse a si mismo y ser capaz de escribir su texto “La fuerza vital del cielo anterior”, recuerdo que le permitió dejar su legado titulado “El sabor de la iluminación” para desaparecer de este plano fluyendo en el sin "YO". Condición que para estos tiempos se está revelando por medio de diversas fuentes no pudieron alcanzar los seguidores de Cristo en su momento hace dos mil años.
Otro de ellos, Judas Tadeo quien al igual que Andrés debería seguir un proceso de aprendizaje consistente en ilusorias reencarnaciones donde se encontraría con diversos maestros, y de diversas tradiciones capaces de ayudarles a integrar por completo en su mente la idea de que "No soy un cuerpo, soy libre".

En el caso de Jacobo lo anterior fue posible según el mismo lo afirma en su obra, y ello ocurrió gracias a su incansable búsqueda y la ayuda recibida por parte de hombres y mujeres de conocimiento de las más variadas tradiciones espirituales, ocupando un papel fundamental los “chamanes” de Tíbet y México.

- Encuentro con Drunvalo Melchizedek:
Durante aquel tiempo de reuniones con Zeus y Cuauhtemoc, en una ocasión, acompañados por Rodrigo, mi amigo Costa Rícense por cuya intermediación tuviera el primer contacto con Jacobo y “El hermanito”, acudimos juntos a un hotel de la ciudad de México a un encuentro donde Drunvalo en persona habló sobre un proyecto para la ciudad de México que ya se había probado en Denver, Colorado, con excelentes resultados. El proyecto consistía en colocar una red de dispositivos psicotrónicos a fin de crear una “malla electromagnética” con el propósito de elevar la frecuencia vibratoria y reducir tanto la polución como la criminalidad en la capital.

No supe nada más de aquella propuesta hasta que, tiempo después, por intermediación de Dora, antigua compañera de la facultad de ciencias, ex pareja y querida amiga, vinculada tanto a aquella hija del ex presidente de México que unos meses atrás me encontrara en la conferencia, como a la enseñanza de “La flor de la vida” me comentó que el gobierno no había dado apoyo alguno al proyecto, pero que sin embargo, dicho ex presidente había ofrecido recursos e incluso asignado un ingeniero para llevar a cabo el mismo. Aquel hombre protagonista de los eventos del movimiento del 68, ahora se pronunciaba como promotor de un proyecto espiritual a favor de México.

Igualmente otro de los protagonistas del 68, Alfonso Corona del Rosal entonces regente de la Ciudad de México, tendría de alguna manera participación en la elevación de la consciencia espiritual de México, pues un edifico ubicado en la calle de Reforma, que tengo entendido fue de su propiedad y donde existe un busto con su efigie, es ahora una sede donde se imparten diversas actividades de desarrollo humano y espiritual. Incluso allí se encuentra el Instituto Loseling dedicado a la difusión de las enseñanzas del budismo tibetano.


... Los peores y mejores por ella se unirán. ...
                                         Profecía de Regina (fragmento)

Con el paso del tiempo he sabido de diversos ex presidentes de México que quizá liberados de los compromisos y presiones de su alta investidura, pero con la perspectiva que dicha distinción le otorgó, actúan a favor de su patria, o continúan intentándolo al menos.
Las más elevadas enseñanzas hablan de la imposibilidad de juzgar a ninguna persona o acto, pues para ser capaces de hacerlo deberíamos tener la perspectiva total de los eventos en la eternidad a fin de ser capaces "de ver" el plan completo.

- Reencuentro con mi padre previo a mi salida a Campeche:
Por aquellos días, a excepción del caso de mi padre, no tenía claro quienes podían ser aquellos que desde otra dimensión intentaban entrar en contacto conmigo.
El inicial contacto franco y claro con el espíritu de mi progenitor se dio la noche anterior a mi primer viaje la ciudad de Campeche, su tierra natal, acompañado de mi madre.

Me encontraba en casa por la noche no muy tarde, ya con el equipaje y los documentos listos para mi viaje en avión por la mañana al día siguiente, cuando de manera sorpresiva tocaban en mi domicilio. Al abrir la puerta me encontraba con que de manera extraordinaria me visitaba Lilia sin previo aviso. La invité a pasar y sentados en la sala me dijo que el motivo de su visita era por que mi padre deseaba entregarme algo. Ya un tanto acostumbrado a incontables mágicas experiencias de todo tipo desde hacía alrededor de un par años con mi amiga, me limité a escuchar.

Ella me dijo que decía mi padre que buscara una cajita forrada de tela. Ante aquel comentario confesé que no tenía idea alguna de a que objeto se podía referir.
Un hecho singular que con nadie había comentado era el repentino interés de mi madre de entregarme la totalidad de los documentos y objetos que habían pertenecido a mi padre y sus ancestros apenas unos días antes, mismos que ella había atesorado de manera obsesiva, se podría decir, durante más de tres décadas desde que su esposo, mi padre, dejara su cuerpo, hasta ese momento. Desde que tengo uso de razón, solo se me había permitido  ver aquellos objetos  en presencia de ella, cuando de vez en vez y a solicitud mía, ella los sacaba de las cajas donde los guardaba.

Ante la insistencia de mi padre a través de Lilia, traté de hacer memoria pues hasta ese momento solo recordaba haber visto folders con documentos diversos. De pronto recordé que justo ese mismo día por la mañana mi madre me había entregado el último paquete que tenía en su poder, mismo que consistía en una bolsa de tela, no caja, la cual aún no había abierto para enterarme de su contenido.

Subí al piso superior donde la había dejado y baje con ella y  frente a Lilia la abrí para encontrarme con varios objetos muy personales que pertenecieran a mi padre y que recordaba bien desde la infancia. Entre ellos se encontraban algunas medallas que le fueran entregadas como veterano de la revolución y una cajita, algo así como un estuche de joyería forrado en terciopelo azul claro.

Al tenerla en mis manos Lilia afirmó, ¡Esa es, dice tu padre que la abras, que el contenido es para ti!. Tome la cajita con ambas manos para hacer lo que se me indicaba y cual fue mi sorpresa cuando en el interior apareció el águila bicéfala del grado 33 de mi padre.


 

Después de esa contundente confirmación a la mañana siguiente partía rumbo a Campeche con indicaciones concretas para el encuentro con diversos inmuebles que antaño fueran propiedad de mis ancestros en ese estado, entre ellas las haciendas Ebula y La Victoria.

Durante aquella visita ocurrieron hechos sorprendentes que hasta décadas después empezarían a mostrar su profundo significado.
 
- El regalo de Chalcatzingo, Morelos:
El último “trabajo” que realizaríamos Lilia y yo juntos fue aquel narrado ya en el relato titulado “Visiones de Chalcaltzingo”.
Al regreso del mismo encontraba en casa un mensaje en mi contestadora donde se me citaba al día siguiente para tener una entrevista. Una milagrosa sincronicidad similar a la ocurrida al regreso de un viaje a Oaxaca, tiempo atrás.

De aquella cita se desprendería el que mi padre, desde la dimensión donde se encontraba, me pusiera en contacto con quienes me entregarían una importante suma de dinero, misma que estaba destinada a servir como vehículo para un encuentro trascendental que apenas un poco tiempo después se revelaría.

El segundo viaje a la zona arqueológica ya no se realizaría, pero años después el universo daría continuidad energética al mismo de manera simbólica a través de una médium vinculada con “El Hermanito”  que me citara en la ciudad en un lugar donde me reencontraría nuevamente con una réplica energética de aquel inmenso cubo cósmico de Chalcatzingo. Allí, ella me haría revelaciones sorprendentes que se confirmarían el mismo día.

- Un terreno en la carretera federal Xochimilco-Oaxtepec:
Más de una vez en aquellos viajes  por la carretera federal Xochimilco-Oaxtepec para encontrarme con Lilia o de regreso a la ciudad después de los mismos circulando de regreso hacia la ciudad, tuve fuertes sensaciones entre la zona ubicada entre Tepoztlán y el entronque con aquella carretera.
En una ocasión incluso, regresando con Ixamayo mi entonces pareja, sentí un fuerte estremecimiento, como una presencia que me acompañaba.
Por esos tiempos una idea recurrente rondaba mi mente. Buscar un terreno donde construir una modesta cabaña donde poder refugiarme de la ciudad y su vorágine.
Faltaba algún tiempo para que apareciera Mónica, mi siguiente pareja y se me permitiera el encuentro con la cabaña de Jacobo Grinberg, pero el universo ya conspiraba y tejía sus planes.

- Un mensaje en un diario:
Algún tiempo después de finalizado el periodo de los viajes fantásticos con Lilia, un buen día, muy temprano algo me levantó con urgencia para buscar en el diario, en la sección de bienes raíces, costumbre que no tenía.
Siguiendo mi impulso, confiando a ciegas como tantas otras veces, cual fue mi sorpresa que allí había un anuncio ofreciendo un terreno precisamente en la zona donde múltiples veces había sentido la sensación.

En cuanto me fue posible llamé por teléfono al número del anuncio y después de algunas entrevistas personales agendamos una cita para visitar el predio. Por aquel mismo tiempo sincrónicamente llegaba Mónica a mi vida como compañera de una nueva etapa que duraría significativos siete años (2003–2010)  que me  vincularían profundamente con algunos secretos de Coyoacán y que se cerraría con profunda precisión simbólica el 15 de Septiembre en medio de los festejos del bicentenario y justo a mi regreso de un viaje a Chile llevado por Regina.

Desde la primera ocasión en que tuve acceso al lugar, se revelaron aspectos que hablaban de que algo muy particular a nivel energético estaba vinculado con el mismo y que esas mismas características harían que aquello aunque fascinante, no fuera fácil.
Sirva de antecedente para medir la dimensión de lo antes señalado el hecho de que en medio de todo esto estaría vinculada la Atlántida y, aunque suene increíble, hasta en los propios testimonios  notariales aparecería mencionada la misma. Mención que conllevaba un muy profundo simbolismo detrás.

- Asesoría jurídica desde otras dimensiones:
Fueron necesarias varias reuniones con la persona que fungía como representante legal para ir completando los requerimientos jurídicos solicitados por los abogados designados para hacerse cargo de la operación.
Uno de los socios del despacho ubicado en Polanco, donde se hacían las reuniones era Marco Antonio, personaje peculiar de larga barba a la usanza de los seguidores de la tradición Sikh originaria del Norte de la India, practicantes de la yoga Kundalini,  de la que él había formado parte  por varias décadas.

En una ocasión en que se habían reportado retrasados los demás integrantes de la reunión citada, me dijo de manera extraordinaria que pasara a su despacho.
Pensé que me haría comentarios relativos “al asunto” jurídico, o que quizá tendríamos una plática personal para conocernos un poco más, misma que pudiera versar sobre la tradición que él seguía y que yo conocía un poco, pues, durante algún tiempo en el pasado, en mi paso por diversos caminos espirituales había vivenciado algunas de sus bellas y profundas ceremonias. Más aún, Mónica, mi entonces pareja, y el padre de la única hija de ambos, se habían unido en el pasado por medio de una ceremonia de dicha tradición.

Cual sería mi sorpresa cuando, después de gentilmente invitarme a tomar asiento me interpeló a quemarropa como se dice comúnmente, expresando:
- ¿Que estás haciendo Pablo? ¡Este asunto trae algo muy profundo detrás!.
No sabía exactamente a que se refería. Si a la parte jurídica que era compleja y delicada, como mis propios abogados me habían hecho saber después de las primeras reuniones, o ¿A que?.
Ante mi genuino desconcierto y el confesarle que no sabía a que se refería y por tanto que responderle, externó de manera contundente.
- ¡Desde la primera reunión con nosotros y en cada una de las sucesivas te ha venido acompañando un ser muy luminoso!.


Quedé mudo ante tal declaración que me confirmaba lo intuido tiempo atrás. Algo más allá de mi comprensión me estaba dando guía y protección.
A partir de aquella revelación, Marco Antonio, cuyo nombre espiritual era Raviyit, me invitó a algunas actividades, entre ellas a una conferencia impartida por Matthieu Ricard el representante del Dalai Lama en Francia, destacado investigador que abandonara el mundo científico para adentrarse en la tradición espiritual budista, y que era considerado el hombre más feliz del mundo. Aquella conferencia fue realizada en un pequeño salón improvisado en un edificio de oficinas.

A la hora de nuestra llegada debimos acomodarnos una fila delante de la pared de atrás sobre unos cojines. Algunos minutos después, el espacio alcanzaría tal audiencia que me faltará el aire y sofocado me fue muy difícil mantener toda mi atención en la conferencia, incluso la recuerdo como entre sueños pues parece que dormité mientras la escuchaba.

Sin embargo un obsequio muy especial que recibí en esa ocasión fue el hecho de que mientras esperaba a que diera inicio la plática. Una mujer comentaba en la última fila, sobre una experiencia que había tenido años atrás. Relataba a sus compañeros oyentes de al lado que algunos años atrás vio en el periódico del día una pequeña nota que informaba del hecho de que en la Catedral Metropolitana se llevaría a cabo una ceremonia ecuménica donde su santidad, el XIV Dalai Lama Tensyn Gyatso sería recibido en dicha sede católica junto con los representantes de todas las tradiciones espirituales con sede en México.

Aquel comentario llamó mi atención pues sabía a través de sus propios libros que tanto Jacobo Grinberg como Antonio Velasco Piña habían sido invitados y asistido a aquel evento, por lo que tratando de ser discreto puse atención a la narración.

Ella continuó diciendo que aunque se señalaba que para acudir a aquel evento sería necesario contar con invitación, ella sintió en su interior que debía estar presente, así que se trasladó a la sede y penetró al recinto a través de una entrada por la cual ella creía poder tener acceso. Para cuando ingresó a la nave, la ceremonia ya estaba teniendo lugar. Caminaba de manera silenciosa pero decidida por uno de los pasillos laterales que conducen hacia las bancas esperando encontrar lugar, temerosa de ser descubierta, cuando de pronto escuchó tras de si un - ¡Sshhhh! !Oye! -, en voz suave.
Continuó su camino fingiendo naturalidad y tratando de no darse por aludida ante la sensación interna de que el llamado era para ella,  pues había sido descubierta.
Algunos pasos más adelante se repitió el evento pero en esa segunda ocasión una mano la tomó por el hombro. Y antes de que la frustración la embargara la persona que la interceptaba le dijo, ¡Allá está tu lugar! mismo que ocupó y pudo presenciar la ceremonia. Como dicen ¡Al que le toca, le toca!.

Una vez finalizada la narración no pude evitar voltear y disculparme por haber escuchado lo narrado, quizá más que a la conferencia misma debido a que entre otras cosas para ese momento éramos muchos menos y había más aire.
Dirigiéndome directamente a la mujer que había hecho el relato, comenté que en las obras de los antes mencionados escritores se mencionaba la ceremonia de la que había hecho referencia llevada a cabo en 1989 en favor de la Paz , así como diversos detalles de la misma, por si fuera de su interés.

Una última experiencia con Raviyit fuera del área jurídica, consistió en una invitación que este me extendiera para asistir a una plática sobre la tradición budista Dzogchen, de la cual expresó es una de las más elevadas. Acudimos a la cita para encontrarnos con que no era una plática introductoria, sino que era un curso y este había dado comienzo algunas sesiones atrás.
Como una deferencia a Raviyit  se nos permitió integrarnos al grupo, sin embargo algo en mi interior me dijo que aquel no era mi camino y agradeciendo la invitación me retiré. Sin embargo sería premonitorio de mi futuro el hecho sincrónico de que a sede donde se llevaba a cabo dicho curso se denominaba “Casa Amatlán”, y estaba ubicada en la calle del mismo nombre.

- Ibrahim y la energía libre:
En alguno de esos pocos encuentros extrajurídicos que tuve con Raviyit, y a pesar de lo poco que nos conocíamos mutuamente, este me recomendó que hiciera una cita para conocer a un personaje llamado Ibrahim. Sin tener más referencias de él, la propuesta resonó en mi interior, así que llamé al número telefónico que mi amigo me proporcionó para hacer una cita.
El día y hora acordado me presenté en la dirección indicada, un pequeño hotel ubicado en los alrededores de Polanco. Pregunté en la administración por Ibrahim haciendo referencia a su nombre completo y se me indicó donde se encontraba su suite.

Subí al piso correspondiente para encontrarme con una agradable terraza interior donde frente a la suite señalada pude sentarme a esperar en uno de los sillones de la misma. Algún tiempo después, aparecía un hombre de mediana edad, de complexión atlética con aspecto y atuendos occidentales comunes que diciendo ¡Hola, soy Ibrahim! me extendía la mano para saludarme, invitándome a pasar.
Ya en su espacio, consistente en una muy pequeña habitación acondicionada como “consultorio” intercambiamos algunas palabras relativas al por que de mi visita que se encontraba fundamentalmente asociada a los varios asuntos jurídicos en los que estaba involucrado en ese momento y algunas otras situaciones personales y de pareja. Intentando encontrar respuestas simbólicas a mis inquietudes internas, recurrió al tarot. Me pidió que tomara dos cartas del mazo y al hacerlo aparecieron las de “El Sol” y “El Loco”, comentándome que ellas representaban lo que podría ser mi futuro según el rumbo que tomara en ese momento mi vida.

Como desde el inicio de la sesión sentí una afinidad con Ibrahim, que quizá fue mutua, al final de la misma intercambiamos un poco sobre aspectos personales encontrando rápidamente una resonancia en nuestras inquietudes y áreas profesionales pues resultaba que él había estudiado la licenciatura en ingeniería en electrónica, rama de especial interés dentro de mi actividad profesional que me llevara a hacer una maestría en dicha área. Igualmente, como ambos estábamos involucrados en el conocimiento “alternativo”, compartíamos el interés en el legado de Nicola Tesla y muy en particular en “la energía libre”.

Otro evento sincrónico en todo esto era el hecho de que Ibrahim también había asistido a aquella ceremonia ecuménica en la catedral como representante de la tradición Sufí.
Derivado de aquel encuentro de intereses compartidos, acordamos una cita para una ocasión posterior a fin de poder intercambiar más profundamente sobre el tema.  Sin embargo aquella cita ya nunca ocurriría pues, el día acordado, una pocas antes sentí un profundo cansancio que me llevó a decidir fijar una alarma que yo consideraba confiable y recostarme a dormir un rato.

Si bien estimaba que tendría tiempo suficiente para descansar y poder acudir a mi cita, resultó que algunas horas más tarde despertaba por mi mismo, aun un tanto aturdido para darme cuenta de que no había escuchado la alarma y que tanto la hora de despertarme como la de la cita habían pasado por mucho. Evento del todo extraordinario para mi, pues usualmente soy sumamente puntual.
Intenté ese mismo día y algunos posteriores comunicarme al mismo número de teléfono móvil al que había llamado para la primera cita, pero en ninguno de ellos pude comunicarme.

- Una cita con secretos guardianes:
Alrededor del 2005, mi querido amigo el Lic. Antonio Velasco Piña me llamó a casa para decirme que me esperaba en su despacho de la calle de Alumnos, al día siguiente por la mañana.
Como era su costumbre y nuestra relación en general, no me había mencionado nada sobre el motivo de la cita, pero, cual sería mi sorpresa que en ese encuentro sería llevado al bosque de Chapultepec guiado por el secreto guardián del mismo, y estarían presentes otros secretos guardianes. Entre ellos Fernando a quien conociera durante las diversas caminatas sagradas por las rutas de la ciudad de México, y que de guía y maestro había pasado a ser amigo. Él, ahora estaba trabajando en las rutas sagradas de Cholula, Puebla.  Allí me enteraría que también había sido citado un secreto guardián de Teotihuacán.

Esté último no acudiría a la cita y más tarde sería claro el por que energéticamente no le correspondía estar presente. Sin embargo Teotihuacan jugaría un papel fundamental en la revelación de la ubicación estratégica del bosque, pues fue precisamente en esa ciudad sagrada que un guardián del tiempo recibió la revelación de una ruta sagrada que vincularía  Egipto con la gran avenida en un recorrido formado por tres cruces.
Producto de todos aquellos encuentros, sería revelado que aquel terreno boscoso completaba una cruz simétrica perfecta con los volcanes guardianes de México y la pirámide de Cholula, en volumen, la mayor del planeta conocida.


A través de aquellos secretos guardianes así como de diversos médiums vinculados con los espíritus de Regina, Jorge Berroa y Jacobo Grinberg entre otros, llegaban mensajes revelando que aquel bosque, ubicado en la intersección de 3 estados según la división geopolítica contemporánea de México, era un lugar sagrado más allá de lo inimaginable y que hermanado con el bosque sagrado de Chapultepec, en una escala mayor, constituía la puerta sagrada al corazón de ME XHIC CO.

Incluso Jacobo había proporcionado extensa información revelando que en el siglo XVIII, allí se había custodiado el espíritu de México. Igualmente había dejado detalles de sobre la función que estaba destinada a jugar en el futuro dicha zona en continuidad con la preservación de dicho espíritu.
Literalmente escribe Jacobo sobre esa zona:
“... Existía el rumor, ... que un anciano sacerdote Tolteca escondido en algún bosque cercano ... transmitía la sabiduría de ese pueblo ancestral tan admirado por los propios Aztecas ...
Este los instruyó en los misterios de la ciencia de los Toltecas hasta que todos fueron capaces de "ver" las líneas del mundo.
El bosque se convirtió en una especie de
antena dimensional por la que entraban seres y llamados.
... todos lograron unir su poder y sellaron el lugar para que, por todos los tiempos por venir, sirviera para alimentar a Me-xi-co.






Quedaba así asegurada la continuidad del Espíritu mexicano, invisible para quien no supiera "ver" pero claro y firme para quienes, en un futuro, fueran designados a fin de hacer florecer el injerto que inevitablemente acontecería. 
...
La energía ... era de tanta magnitud que toda la región empezó a brillar en las noches y a atraer discípulos que se establecieron a vivir con ellos.
... toda una comunidad se formó a su alrededor y en ella, el conocimiento nuevo fluía y se desarrollaba. Un verdadero oasis repleto de significado y verdades comenzó a palpitar con una vitalidad y empuje nunca antes vistos. El espíritu de Me-xi-co renació allí ...”











Igualmente Jacobo dice al respecto de la zona
No era claro como le venían las ideas … tenia la impresión que existía un plan Supramental que lo dirigía sin su conciencia ni voluntad, Este plan había decidido utilizarlo como herramienta para resolver problemas y ahora el problema era nada menos que lograr sustituir los medios usuales de obtención de energía por algo limpio, inextinguible y poderoso. …
En el ambiente (del bosque) parecía flotar una presencia que no pertenecía a la Tierra. …
… le anunció que su proyecto de extraer energía de la Lattice lo resolvería en el bosque puesto que en él, la matriz del espacio-tiempo era purísima, Además. Había allí una puerta dimensional a través de la cual recibiría respuestas a sus preguntas. …
… el secreto de lo que deseaba estaba esperándolo allí, en medio del bosque y en un nivel purísimo de la Laticce.
… se encontró con unos seres extraños que lo invitaron a conocer su país. Se subieron a una nave y llegaron a una ciudad ultramoderna, llena de edificios blancos, luces y canales de agua que se intercomunicaban entre si y con el mar …
Concluyo con los siguientes palabras escritas por el propio Jacobo que son de por si elocuentes dada su desaparición.
“… había intuido una posibilidad. Según las enseñanzas, el tiempo y el espacio se podían trascender.”
...
“Había allí una puerta dimensional a través de la cual recibiría respuestas a sus preguntas.”
...
“... a partir de su paso al "otro mundo". No moriría como el resto de los hombres sino que atravesaría la frontera entre los mundos consciente y voluntariamente. Su cuerpo desaparecería sin dejar rastro alguno ...”


Al respecto del pasaje de Jacobo sobre la custodia del espíritu de México, vale la pena relatar la siguiente anécdota.
Por aquel tiempo en que había dejado la universidad y prácticamente todas mis posesiones, dedicaba buena parte de mi tiempo a caminar por Coyoacán y “Los Viveros” siguiendo las revelaciones de  las rutas. En una especie de retiro, dedicaba mi tiempo igualmente al estudio de prácticamente los únicos libros que conservaba ya. La obra de Jacobo (a través de los pocos libros que tenía del mismo y los que la providencia me enviaba), y los de Antonio que en ese entonces consistían en la colección completa.
Cierta noche, algo me dijo que  juntara los libros “Amor y destino en palacio nacional”, de alguna forma el libro más autobiográfico de Antonio y “El Prototipo” de Jacobo,  que ya conocía de tiempo atrás.

Me levanté, tomé los textos y al empezar a reestudiarlos, para mi sorpresa tomaba consciencia hasta ese momento, por comparación, del hecho de que ambos guardaban profundas similitudes.
Los dos libros, organizados por medio de fechas y haciendo saltos en el tiempo del presente al pasado, hablaban de eventos relativos a la custodia del espíritu de México.
En dicho libro, Antonio refiere eventos para los siglos XV, XVI, XVII, XIX y XX. Mientras que en su texto Jacobo habla de la custodia de dicho espíritu, justo para el siglo faltante Evento vinculado con la zona donde se ubica “Safed” su cabaña, aunque mucho más profundamente, según se había venido revelando a través de los médiums vinculados también con los espíritus de Regina y Jorge Berroa. El ya mencionado bosque.

Sorprendido por el hallazgo, llamé a mi amigo a su despacho por la mañana tan pronto fue una hora prudente y, después de saludarnos, le narré  lo sucedido esa noche. Aunque no sin cierta duda pues, tiempo atrás, le había obsequiado el texto de Jacobo y no había recibido ningún comentario del mismo de su parte. Para finalizar pregunté: 
- Antonio ¿Por que no mencionas ningún evento relativo a la custodia del espíritu de México para el siglo XVIII en tu libro?. -
De la manera más natural me respondió simplemente: - ¡Muy sencillo compadre, por que no lo encontré!.

- Regina designa un nuevo guardián del bosque:
Julio Alberto, uno de los abogados del despacho que se había hecho cargo del asunto del bosque y  ex director del Registro Público de la Propiedad, tiempo atrás me había recomendado a Luís Eugenio como un excelente abogado. Diciéndome incluso que si tuviera que contratar a uno sería a él, sin dudarlo.
Había visitado a Luís Eugenio en su despacho años atrás, que en ese entonces se encontraba cerca de la Torre de Petróleos, con el propósito de realizarle una consulta sobre un asunto jurídico. Uno más de tantos, de esos, que me han rondado toda la vida, quizá por tener karma de hijo de abogado y notario. Sin embargo por ese entonces no era el momento de que se estableciera una relación profesional entre ambos.

Ahora, algunos años después, y derivado de los acontecimientos que se revelarían durante aquel mi primer viaje a la ciudad de Campeche, llegaba la certeza interna de que, en aquellas tierras familiares custodiadas por mi padre durante los tiempos de la revolución, se encontraba el actual aeropuerto.

Sin pruebas, pero con la confianza por todas las experiencias ya vividas, así como con indicaciones directas de mi padre de que debía iniciar una contienda legal a fin de esclarecer los hechos asociados a la administración del fideicomiso del que fueron parte, procedí a solicitar se me guiara a fin de reconocer que abogado debería llevar la etapa de una demanda propiamente.

Ya antes Zeus había jugado un papel fundamental en el asunto al servir como primer enlace, en un momento estratégico. Circunstancia que logró que la institución fiduciaria nos menospreciara y por lo tanto nos entregara información que más adelante nos pondría en una situación por demás ventajosa frente a ellos. Incluso el mismo Zeus había sido designado para que por su intermediación se entregaran los recursos que luego me vincularían jurídicamente con el bosque. Pero igualmente, honrando la sabiduría interna que lo había guiado hasta ese entonces, después de algunos meses de arduo trabajo preparando la demanda, me dijo que sentía que el no era la persona más adecuada para esa tarea.

Pidiendo guía superior, de pronto recordé a Luis Eugenio e intenté llamarle pero sus datos ya no estaban vigentes, sin embargo, como él había llevado antes asuntos familiares entre ellos a Juan, uno de mis primos, cuya hija de seis años tenía recuerdos reencarnatorios detallados de la masacre de Tlatelolco y, por lo mismo, en alguna ocasión yo la había acompañado junto con su madre a conocer y a platicar con Antonio. Incluso por esos mismos tiempos ella fue candidata a representar a Regina niña en el musical y participó en las audiciones.

El caso es que fue por intermediación de mi primo que me llegaban los datos actualizados de candidato potencial para llevar el asunto.
Por ese mismo tiempo llegaba, a través de documentos originales de 1806, custodiados por mi abuelo, mi padre y posteriormente por mi madre, la información de que mi bisabuelo de nombre Pablo, había llegado procedente de Sevilla a la Ciudad de Campeche donde se había establecido.
Ya con los teléfonos actualizados, llamé al despacho de Luis Eugenio para hacer una cita y obtener la dirección. La nueva oficina se encontraba en la Calle de Santander, frente a Liverpool Insurgentes, la tienda departamental.

No conocía la zona, pero si el referido almacén, por lo que no tuve ningún problema para encontrar la calle y posteriormente estacionamiento algunas calles después. Cual seria mi sorpresa que al inicio de la misma, como llamando mi atención, encontraría, frente al número 33, un viejo poste que antiguamente había sido utilizado para dar nombre a las calles. En él se podía leer aún con claridad la palabra Sevilla. Supe de inmediato que la cita estaba preparada desde otro plano.

Más adelante incluso, ya siendo pareja de Mónica, me enteraría que la iniciativa de la instalación de esos postes en la colonia, así como del diseño de la fuente de profundo significado simbólico, aunque muy velado y Art Deco que se encontraba en la glorieta que converge en esa calle, habían sido realizados durante la administración en la que el abuelo de ella había sido funcionario público.

Regresando a aquella primera cita con Luis Eugenio, al final de la  misma, confiado y con un grato sabor de boca, decidí aprovechar la cercanía y pasar a la tienda departamental. Mientras cruzaba la Avenida Insurgentes, de pronto en el camellón que se encuentra a mitad de la misma me encontré con una piedra de considerable tamaño sobre un pedestal de metal. Dicho objeto se encuentra en el límite antes de cruzar la Avenida Felix Cuevas hacia el norte, donde había llegado aquella manifestación del 68 desde la Ciudad Universitaria, conmemorándola y donde, nos dice “el testigo”, fue gracias a la intervención de Regina que se organizó una valla que logró evitar una masacre preparada para más adelante frente al parque hundido.

En línea recta, en dirección perpendicular a Insurgentes, precisamente a la altura de dicho monumento se encontraba, sobre la calle diagonal de Santander, antes Sevilla, la oficina del nuevo abogado.
Incontables experiencias vinculadas con las rutas sagradas de México podría narrar, donde guardianes y espíritus a través de médiums apoyaron y dieron guía durante cada paso de la batalla jurídica. Por sus indicaciones y con su ayuda, antes de acudir a las citas en las oficinas de la institución fiduciaria ubicadas en la Avenida Reforma, partía desde el  altar olmeca y los monumentos de los héroes de México ubicados en el bosque sagrado de Chapultepec saliendo ritualmente por la puerta de Reforma.

En el último momento, ya casi totalmente ganada la contienda, después de años de arduo y minucioso trabajo realizado por Luis Eugenio, llegó la advertencia de no aferrarse y ponerlo en manos superiores. Así se hizo y de la nada, sin fundamento jurídico al decir de varios expertos. Después de haber perdido la institución fiduciaria todas las instancias anteriores, la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgaba un amparo que la eximía de responder por el monto demandado, mismo que para entonces, a diferencia de la primera impresión cuando Zeus estuvo a cargo, ahora no era nada despreciable pues un peritaje había confirmado que en las tierras en disputa efectivamente se encontraba el aeropuerto de la Ciudad de Campeche.

Sin embargo el plan era otro y más complejo, por lo que, para cuando se desencadenaban los anteriormente narrados acontecimientos, simultáneamente llegaban las revelaciones del bosque y, los verdaderos guardianes del mismo, vinculados con los ya citados espíritus, a través de diversos médiums así como con masones en este plano y trascendidos, entre otros, determinarían que la ética y capacidad profesional de Luis Eugenio lo hacían la persona idónea para estar al frente de la parte jurídica del mismo, y custodiarlo hasta que se revelara la siguiente etapa.

Relativo a aquel poste, años después, una noche en que nuestra compañera y amiga Laura Lara, directora de editorial Santillana organizara un homenaje para celebrar los 25 años como escritora de Laura Esquivel, llegaba al evento sabiendo que dicha tienda era nuevamente la referencia. Buscando lugar para estacionarme en la calle que ya conocía bien, encontraba lugar justamente detrás del auto de Antonio estacionado este frente al  poste y número ya antes referidos, sabía que algo estaba por suceder. Efectivamente, al llegar al salón encontraría a Antonio platicando con dos mujeres, con las que después me presentaría. Ellas eran Miriam y Consuelo, hermana y última pareja, médium también,  de Jorge Berroa respectivamente y que acompañarían a este durante su encierro de alrededor de un año, en preparación para dejar su cuerpo. Aquel encuentro sería significativo  y más adelante abriría una nueva “puerta”.

- Un encuentro cercano:
Hacía algunos años había conocido a Ana durante un taller de chamanismo al que Diego Herrera, músico y ex Caifan y mi entonces cuñado, vinculado con su maestro Tom Lake fundador de "International School of Shamanism", me había invitado.
Tuvimos una sensación ambos desde nuestro primer encuentro, y platicamos un poco durante un par de ocasiones que nos vimos en ese contexto. Sin embargo dado que yo estaba más bien comprometido con otro camino vinculado con Regina y Jacobo no continué asistiendo a los talleres y no nos volvimos a ver, aunque de cuando en cuando, tenía noticias indirectas de ella.
Sería necesario el paciente paso de los años y el encuentro con el médium cubano Jorge Berroa que ocurriría por intermediación de Antonio Velasco Piña, amigo de ambos y autor de un libro sobre su vida, para que fuera significativo el siguiente evento.

Después de alrededor de tres años, un día sentí la fuerte necesidad de hacer contacto con Ana. Sabiendo que ella residía en Cuernavaca, Morelos, pensé que sería factible encontrarnos para tomar un café y platicar.
Le envié un Email saludándola y proponiéndole encontrarnos. Algunos días después me respondía que gustosa aceptaba, solo que en el preciso momento en que recibía mi invitación ella se encontraba en África.

Aquella sincronicidad sería significativa y a partir de entonces, se ha venido dando una cercana y profunda amistad entre ambos vinculada con Regina y Jacobo, las rutas sagradas de la Ciudad de México y las montañas sagradas de la cordillera Amatlán-Tepoztlán-Chalma-Malinalco.
Poco a poco se ha ido despertando en ella un llamado, similar a aquel donde los protagonistas de la película “Encuentros cercanos del tercer tipo” (Close Encounters of the Third Kind - 1977) del director Steven Spielberg, de manera obsesiva y reiterada son llamados a encontrarse con una montaña. Ese llamado reiterado para ella a llegado al punto de que le fuera permitido localizar de manera “autónoma” el bosque, y hasta lograr penetrar al mismo con el permiso del guardián actual.

En algún momento, una medium cubana de nombre Jocelyn Arellano, supuestamente vinculada con Manuel Arango, uno de los más importantes filántropos de México manifestó su interés por el bosque. Como yo no soy nadie para decidir quien es o no no la persona adecuada accedí a acompañarla, sin embargo los verdaderos guardianes no le permitieron el paso ni le revelaron sus secretos.
Curiosa paradoja es el hecho de que ella junto con Carmen de Sayve, a quien conociera tiempo atrás y que gentilmente me recibiera en su casa e incluso me enviara un mensaje del propio Jacobo, son autoras del libro “Una puerta hacia la luz”. Uno de los mediums vinculados con los ya mencionados espíritus recibió la revelación de que  hasta que no se sane la perspectiva sobre este último, derivada en parte del resentimiento personal  por la desaparición  de Tere, amiga de ambas y compañera de Jacobo, no será posible acceder a esa dimensión.

- Mi año jubilar, el 2012:
Confundido por los eventos que se manifestaban sobre la fuerte insistencia a través de múltiples medios y médiums, de que Mónica y yo debíamos separarnos como pareja, después de años de no hacerlo hice una cita con Lolita, una tarotista, vidente y astróloga sobre la que tenía amplias referencias de parte de mi amiga Laura Esquivel, e incluso de mi amigo y excolega Leonardo quien la conocía ampliamente pues, ella había sido suegra de su hermana fallecida que nos vinculara a ambos desde el más allá. Incluso tenía excelentes referencia por parte de la misma Mónica.

Desde el inicio de aquella sesión a la que llegaba yo sin expectativas, o al menos eso intentaba, Lolita dio la pauta indicando que recurriría a las cartas como vehículo. Durante la misma hizo referencia a múltiples detalles que daban respuesta de diversas formas a mi situación personal. Igualmente dijo que sentía una gran simpatía por Jorge Berroa, por lo que me invitaba a regresar con ella cuando lo sintiera.

Por último y a modo de colofón de aquella sesión me dijo: ¡Tu tienes un asunto con un bosque, pero ya sabes que no tienes que preocuparte por ahora, eso es "para el 2012" !. ¿Verdad?.
Terminada la sesión agradecí y me despedí de ella. Mientras caminaba hacia mi auto entre las calles de San Jerónimo, al sur de la ciudad, recordaba en mi mente el evento aquel donde años atrás, una madrugada fuera despertado por un ser de otra dimensión a las 3:33 para, a través de “La Biblia”, concretamente por medio del Levítico, en el antiguo testamento, entregarme información relativa al desenlace de asuntos con tierras y a mi año jubilar, aquel donde cumpliría 50 años. El 2012.

- Ibrahim nuevamente, un milagro más, ahora a través de Violeta:
Llevaba ya alrededor de seis años de acudir de manera regular a las sesiones semanales de “Un curso de milagros” cuando Juan Carlos, uno de los asistentes de mayor antigüedad al curso y amigo desde hacía muchos años de la anfitriona de la casa, llegaba acompañado de una compañera de trabajo, un mujer joven de veintitantos años cuyo nombre era Violeta.
A diferencia de algunas otras personas que de cuando en cuando llegaban al espacio de estudio e intercambio espiritual y acudían solo unas pocas sesiones. Nuestra nueva compañera se integraría al grupo por cerca de un año de manera asidua.

Algunas semanas después de que ella nos acompañara por primera vez en las reuniones, derivado de una información que estaba llegando a través de Adolfo, otro de los compañeros que asistía regularmente en ese entonces, se hacía evidente que Violeta era canal, condición que sin embargo ella prefería guardar en privado, actuando de manera discreta sin hacer ostentación o gala de  dicha facultad, como corresponde a personas con un elevado nivel espiritual, confiando que solo aquellos con la intuición suficientemente desarrollada podrían darse cuenta de sus cualidades. Yo por supuesto no me di por enterado sino hasta muchos meses después, y eso por que se me dio la indicación de hablar con ella y preguntarle al respecto.

Al final de una de las sesiones me acerqué y le expresé mi interés de platicar con ella. Acordamos encontrarnos una noche en un sitio cercano tanto al lugar donde ella trabajaba como a mi domicilio y después de algún intercambio más bien superficial sobre cuestiones personales de parte de ambos, llegamos al meollo del asunto.
Intentando ser directo, con la confianza de conocernos un poco por haber compartido muchos meses un espacio de crecimiento espiritual, le dije:
¡Violeta, tu sabes que eres canal¡ ¿Me puedes comentar sobre ese aspecto tuyo?. Un tanto sorprendida por sentirse descubierta, aunque no demasiado por el contexto de nuestro vínculo hasta ese momento, se abrió a revelarme algunos detalles.

Entre las diversas referencias de las que hizo mención, de manera reiterada se refirió a un maestro y amigo de tiempo atrás al que ella se refería como Ibra. Con él, ella había estado participando en un proyecto vinculado con la generación de energía.
Después de algunas menciones reiteradas del citado personaje, sentí la necesidad de aclarar si ese era su nombre, a lo que ella me respondió que el nombre realmente era Ibrahim.
Aun sabiendo que ese nombre podía ser bastante común entre los practicantes de las tradiciones espirituales vinculadas con el medio Oriente, tenía la certeza interna de que el Ibrahim al que ella hacía referencia y aquel que había conocido tiempo atrás eran la misma persona. Intentado confirmar mi intuición le mencioné el nombre completo diciéndole  ¿No es Ibrahim M.?.
Ella nuevamente sorprendida me dijo, ¡Si! ¿Lo conoces?.
Le narré parte de la historia de mi encuentro con él y las sincronicidades ocurridas.  Ahora el encuentro con ella resultaba uno más.

- Una milenario reencuentro con Rocío:
Habían pasado ya varios años desde la última vez que había visto a  amiga Rocío, quien fuera designada providencialmente para ponerme inicialmente en contacto con Regina como, y de alguna manera, en otra fase, con Jacobo.
De cuando en cuando la tenía presente, pero un día, sentí de manera insistente y reiterada la urgencia de localizarla. Sabiendo su nombre y el hecho de que ella había realizado su tesis profesional  como arqueóloga aplicando métodos geofísicos, intenté buscar en internet y tuve la suerte de encontrarme con un artículo sobre la investigación. En él estaba su Email.

Afortunadamente la dirección era vigente y a los pocos días me respondía gustosa igual que yo por el reencuentro y sorprendida por el hecho de que por las mismas fechas en que recibía mi correo, ella igualmente pensaba de manera insistente en mi.
A partir de ese primer contacto, intercambiamos ambos sobre los eventos que habían sucedido durante los años de distancia. Por mi parte le mencioné que aquellos encuentros entre nosotros con el paso del tiempo habían demostrado ser profundamente significativos, al punto de que  se me había indicado escribir sobre los mismos y la invite a leer lo narrado.


Algunos días después de haber leído algunos de los relatos, incluido el relativo a mi encuentro con Jorge Berroa, hacía contacto conmigo sorprendida y me narraba lo siguiente:
Años atrás, mientras guiaba a una amiga en una sesión de regresión a vidas pasadas, actividad que ella realizaba de manera ocasional y que alguna vez me mencionara en el pasado, se manifestó un maestro que dijo estar vinculado con Egipto y le dijo a Roció, a través de su amiga que se encontraba en otro estado de conciencia. Tu estudiaste arqueología por que dejaste, junto con otras personas, pendiente un trabajo en el año 500 a.C.. También le reveló que esas personas aparecerían en su momento.
Al hacerse conscientes para ambos los eventos intercambiados encajaba una pieza más de un ya bastante grande, antiguo y complejo rompecabezas.

- Una llamada de Regina desde Chile:
Desde hacia muchos años Chile había sido una influencia importante en mi vida, más de lo que yo mismo estaba consciente. Tanto desde mi juventud por medio de su canción comprometida y muy especialmente por mi preferencia hacia el grupo musical Inti Illimani, muy similar a mi vínculo con Cuba.
Incluso por aquellos años en que aparecía el bosque en mi vida, siguiendo indicaciones de médiums chilenos vinculados con las montañas de la cordillera de los Andes, pondría en manos de Antonio “el testigo”, una ofrenda para Regina. Aquel evento profundamente significativo para ambos, sería el inició de una relación de gran amistad y cercanía.

Algunos años de después, por intermediación de Laura, llegaba al espacio de “El curso de milagros” Fresia, una chilena vinculada con Drunvalo desde hacía tiempo atrás. Durante nuestro segundo encuentro, ahora solos los dos en Coyoacán, se hizo patente que Jacobo había sido parte de la “conspiración” del mismo, de la cual  era evidente  Regina estaba detrás desde el principio y esté nexo se manifestaría e intensificaría con el paso del tiempo a niveles milagrosos incluso.
En la primavera del 2010, el mismo día que de madrugada se manifestaran en mi sueños Jacobo y Jorge, recibía por la noche una llamada del todo extraordinaria de Leticia mi amiga,  maestra y medium. En esa llamada después de saludarnos me comentó ¡Están conmigo Jorge y Jacobo, y me piden que te diga que te pongas a escribir!. Algunos días después terminaba el relato sobre las recientes vivencias en “El Hostal de la luz”.

Por aquellos mismos días, una mañana, saliendo desde Coyoacán con mi amiga Ana, rumbo al bosque de Chapultepec hacía una caminata que guiaría el secreto guardián del mismo. Llegaba la indicación de que le obsequiara a ella mi único ejemplar del libro de Regina mismo que mantenía en un altar junto al lugar donde comúnmente escribo y que mira hacía el inicio de una de las rutas toltecas, la vinculada con el bosque igualmente sagrado de “Los Viveros”.

Apenas unos días después llegaba la indicación que recordara que antes de haber sido traído por Regina a vivir a la sede del  Comité Ejecutivo Olímpico del 68, lugar donde aun esto escribo, ubicado en el conflictivo crucero de Rio Churubusco y Avenida Universidad, paso que había evitado siempre en mi camino desde el norte hacia la universidad, prefiriendo de manera inconsciente desviarme y tomar la Avenida México, había sido traído a este mismo punto por Leticia Gallegos, cuando me encontrara con ella a su paso por la Ciudad de México rumbo a sus aventuras en los mundos internos en la Isla de Pascua.

- 2 de Octubre no se olvida:
No había pasado ni una semana cuando recibía un correo electrónico de una mujer chilena de nombre  Cecilia Navarro, nacida en 1968, que me narraba lo siguiente:
Alrededor del 2006 ella había realzado un viaje a México con el propósito de asistir a un congreso sobre biomagnetismo médico organizado por el Dr. Isaac Goiz. La referencia me era familiar pues yo mismo lo había conocido cuando empezaba mis investigaciones sobre energías sutiles. Previa a su salida de Chile, una mujer la despide diciéndole sin más explicación “Dos de octubre o se olvida”.

Durante  su estancia en México ocurrieron diversos encuentros que, aunque sincrónicos podrían calificarse como nada excepcionales. Como tantos visitantes a nuestro país, tuvo la oportunidad de visitar la ciudad y diversos lugares sagrados como son la zona energética de Teotihuacán, el bosque de Chapultepec, Tlatelolco, la plaza mayor donde se encuentran localizados Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana en cuyo interior una persona se le acercó y la invitó a conocer las rejas del coro diciéndole que habían sido elaboradas con una aleación metálica muy especial, denominada Tumbaga.

- Seres de otras dimensiones y  bosques sagrados:
Otro significativo evento que ya no sería tan fácil de calificar como cosa común sería el siguiente.
Durante ese mismo congreso Cecilia conoció la Dra. Esther del Río, destacada investigadora vinculada con un ordenamiento molecular denominado “Agua cristal”, de milagrosas propiedades terapéuticas.
El encuentro entre ambas fue profundamente significativo, revelando esa sensación como de conocerse de otros tiempos que tan comúnmente se va dando más y más entre muchas personas. Derivado de lo anterior la Dra. del Río enfáticamente la invitó a conocer su hacienda.
Acompañada por un grupo de personas asistentes igualmente al congreso, mi amiga llegaba como visitante a dicha propiedad cuando de pronto entró en un estado de consciencia alterada. Pasado un tiempo, sus compañeros, notando su peculiar estado y un tanto preocupados se acercaron a preguntarle si se encontraba bien. Ella aún en otro estado, contestó que si,  para después preguntar ¿Que hay allá?.

Al intentar narrar su experiencia comentó que a lo lejos había visto algo así como un bosque que describió como un lugar excepcionalmente sagrado.
Intentado responder a su inquietud y reflexionando un poco le comentaron que  quizá al lugar que ella hacía referencia era “El centro ceremonial Otomí”, pero que aunque estaba en la dirección señalada, no se encontraba tan cerca.
Por si lo anterior fuera poco, continuando con el recorrido por la hacienda, se fue enterando que el nombre de la misma era “La María” y un poco después sabría el apellido del esposo de la Dra. que  era “Forestieri”.

En ese preciso momento recordó un evento que le ocurrió una de las noches previas a su salida de Chile. En un “sueño” se le apareció un ser luminoso que le dijo algo. Ella en el mismo “sueño” trató de recordar el mensaje  asociándolo nemotécnicamente, y luego confiada regresó a dormir. Sin embargo a la mañana siguiente no recordó nada, ni el sueño. Sería hasta su estancia en la hacienda que ella recordaría y que el mensaje era ¡Tienes que conocer “La María Forestieri”!.
Apenas regresaba Cecilia a su país, llegaba a sus manos el libro titulado Regina de Antonio Velasco Piña, mismo que en la medida que iba leyendo le proporcionaba profundas respuestas a sus vivencias recientes. Al terminar el mismo Cecilia tenía la sensación de que ese libro aún tenía algo más para ella.

La sincronicidad que hacía que ahora Cecilia y yo nos encontráramos era el hecho de que una amiga de ella que estaba asistiendo a las meditaciones en “Hostal de la luz” le estaba haciendo referencia al lugar, a Oscoy y a la meditación Gama. Dado que alrededor de finales del 2010 ella regresaría a México a un curso vinculado con una muy antigua técnica energética denominada Jin Shin Jyutsu , estaba interesada en quizá conocer personalmente el hostal.
Al buscar en Internet “Hostal de la Luz”, ahora se encontraba con el relato que apenas unos días atrás se me indicara escribir sobre el mismo. Evento similar al encuentro con Angy a través de  las indicaciones de Jorge narradas en el mismo relato sobre el hostal.
Cecilia empezó a leerlo y de pronto se encontró con que en este se hacía referencia a Regina y entonces, a  pesar de preferir dejarlo para después pues el texto es un tanto largo, le fue imposible continuar con sus actividades hasta que lo leyó e inmediatamente me escribió intentando hacer contacto conmigo.

Durante algunos meses Cecilia y yo nos encontramos con frecuencia por las noches y platicamos por videoconferencia a través de nuestras computadoras. La intención era conocernos un poco más para tratar de desentrañar algo de los profundos vínculos que nos unían. Uno de los tantos que se revelarían, era el haber sido ambos pareja en Sevilla siglos atrás.
Una noche mientras me encontraba con mi amiga, tuvo una de sus sutiles y breves, aunque relativamente frecuentes, sacudidas energéticas. Ya estaba un tanto acostumbrado a ellas pues, en ocasiones mientras conversábamos atestiguaba sus acomodos energéticos. En alguna de las primeras ocasiones, como la tercera ocasión que observé lo que le ocurría le pregunté ¿Que son esas “sacudidas” que te suceden?. Me respondió que eran acomodos energéticos en su cuerpo, que era común y que le ocurría desde hacía mucho y con cierta frecuencia como lo estaba constatando ahora yo. Se refirió a ellas como “Cecilitas” según las denominaban sus amigos que sabían de esos episodios.

- Un llamado de los seres internos:
En medio de todo lo anterior aparecería igualmente el evento que me recordaría una vez más a mi amiga Leticia Gallegos y sus relatos sobre los intraterrenos.
Una de esas noches mientras  platicábamos, sería testigo de una muy peculiar “Cecilita”. De pronto una voz salió de ella e hizo patente que era originaria de Isla de Pascua, citándome en la misma para un encuentro.

Al finalizar el breve pero extraordinario evento interrogué a mi amiga si había estado consciente de lo que había pasado, a lo que ella me respondió que si, aunque como distante u observadora. Le pregunté entonces si le había ocurrido antes algo parecido. Me dijo que no, que nunca antes una voz había hablado a través de ella.
Los eventos anteriores me llevarían a tomar la decisión de partir lo más pronto posible hacia  territorio chileno, incluida Isla de Pascua acompañado por Cecilia, en un mágico viaje repleto de profundos significados, revelaciones y confirmaciones espirituales.

- Servicios financieros del más allá:
Sintiendo fuertemente el llamado de viajar con destino a Chile ante la cantidad de sincronicidades manifestadas, de las cuales solo menciono las más relevantes, dos milagrosos eventos serían determinantes para facilitar el viaje.
Por aquellos mismos días llegaba a mi domicilio una solicitud pre aprobada donde se indicaba que, curiosamente, la misma institución financiera de la contienda jurídica, tenía autorizada para mi su tarjeta de crédito internacional de más amplia cobertura  disponible. Para obtenerla solo debía llamar a un número telefónico y mencionar la clave impresa en la misma. Así lo hice y una semana después un mensajero la entregaba en mi domicilio. Cual sería mi sorpresa cuando un día después encontraba en mi buzón de correo, una carta de la misma institución donde se me decía que dado que no contaba con referencias  crediticias suficientes (y eso que no sabían que ni a ingresos laborales llego) lamentaban informarme que no podrían otorgarme dicha tarjeta. Tenía pues la tarjeta y una carta que decía que no me la entregarían, así que solo restaba una cosa, probarla. Intenté una compra por un monto pequeño y la tarjeta funcionaba.

El segundo evento milagroso y fundamental para tomar la decisión de viajar,  sería el hecho de que por esas mismas fechas, recibía una llamada de uno de los vendedores del panteón donde se encuentra ubicada la capilla donde reposan los restos de mi padre. El motivo de la llamada era para ofrecerme una muy significativa cantidad de dinero por la misma. Dicha capilla es algo así como “templo” masónico repleto de profundo simbolismo. Tiene forma piramidal y en su interior un cristo no clavado ni sangriento, ascendiendo, delante de una cruz que simbólicamente enfatiza la parte espiritual sobre la material. Debajo del nivel del suelo hay espacio para 3 ataúdes del lado izquierdo y 3 del derecho, en medio 3 y 3 osarios y finalmente 3 y 3 ataúdes adicionales, todo repartido de manera simétrica. 12 cuerpos completos y un  cristo.

Mi padre, en vida Gran Representante del Supremo Consejo  del Perú, quien por medio de un sueño indicara años atrás que me presentara en dicho panteón y recuperara la propiedad, misma que se encontraba abandonada desde mi infancia. Ahora, en la cercanía de mi primer viaje rumbo a América del Sur, facilitaba el mismo entregándome nuevamente recursos para, a mediados de Agosto del 2010, partir con destino a Chile.

- Presencia permanente de Regina en Chile:
Un suceso por demás significativo sería el hecho de que la misma mujer que años atrás le dijera a Cecilia “Dos de Octubre no se olvida”, ahora, en la cercanía de mi viaje y sin tener conocimiento consciente de mi vínculo con Regina, reaparecía y sería el vehículo para que nos fuera prestada una casa a la orilla del mar, al norte de Valparaiso donde viviría la primera semana de mi estancia en Chile.
Durante el viaje en su totalidad la presencia y guía de Regina fue permanente y muy significativa.
Otro muy significativo encuentro sería el Cerro Santa Lucia (o del Huelen), un bello remanso en medio de  la Ciudad de Santiago, que  Cecilia me llevó a conocer.

Allí me encontraría con una “replica” energética, aunque a escala menor en dimensiones, del bosque de Chapultepec. Con profundos elementos simbólicos comunes. Un pétreo altar megalítico, árboles guardianes, una fortificación militar en la cumbre. Bosques ambos ubicados en cerros, circundados por rejas y poseedores de cualidades que les han permitido sobrevivir en medio de inmensas metrópolis. Allí, un 12 de Febrero de 1546, Pedro de Valdivia fundó la ciudad, pero dicho sitio, previa la llegada de los españoles, era ya un lugar sagrado.

Cerro Santa Lucía, Santiago de Chile


Los 15 días que duraría mi estancia en la ciudad de Santiago, el nexo del 2 de Octubre de 1968 de México con los acontecimientos del 11 de Septiembre de 1973, fecha del golpe de estado en Chile y  aniversario luctuoso del presidente Salvador Allende, se hizo más que evidente. La energía que vinculaba a “El Palacio de la moneda” y al “Museo de la Memoria” con Tlatelolco y los eventos de México era simplemente avasalladora.

La ultima sincronicidad que me esperaba era el hecho de que aunque desde mi partida preferí no comprar boleto de regreso para tener más flexibilidad, los eventos definieron que esto no pudiera ser así y el mismo quedara fijado de manera totalmente inconsciente para el 12 de Septiembre del 2010, pues, el hijo de mi anfitriona  de nombre Inti (Sol en lengua Quechua) cumpliría 16 años el 14 de ese mes y ella prefería dedicar esa semana a él.

El sábado 11 de Septiembre, mi último día en Santiago, sin tener para nada consciente el hecho de lo relevante de la fecha y a pesar de ya haber visitado el museo. Por no escuchar noticias ni leer periódicos desde hace muchos años y ser además bastante despistado, salí a caminar como lo estuve haciendo las semanas anteriores previas a nuestro viaje a Isla de Pascua.

La sensación en la  ciudad fue de lo más peculiar, una tristeza, como un profundo vació emocional  se percibía en ella. El clima de ese día de Invierno fue especialmente “sombrío”. Seria hasta la tarde cuando regresaba a casa de Cecilia para prepararme a mi regreso a México al día siguiente, que de pronto tendría conciencia de la fecha. En ese momento al igual que durante mi visita al museo frente a las imágenes de los muertos y desaparecidos en el “balcón” del primer piso del mismo, en silencio elevé una plegaria por Chile, por México y en general por la víctimas de las dictaduras del planeta de todos los tiempos.



La vista de aquellas imágenes frente al “balcón” del museo donde, a modo de veladoras perpetuas, brillaban prismas iluminados, evocaron en mi mente las palabras que  Jorge Berroa expresara ante los extraños eventos que las almas de los muertos en Tlatelolco estaban provocando y que se estaban manifestando previos al estreno del musical de Regina. Sentía dentro de mi que al igual que como Jorge predijo, el musical lograría ser un auténtico ritual. Aquel espacio en el museo, muy en particular, ese “balcón”, era un auténtico espacio sagrado, un altar. Un profundo lugar para recordar pero también, y mucho más importante, para liberar y perdonar, y desde allí sanar una profunda herida en ese país hermano.

Solo menciono unas pocas, algunas de las más significativas,  de las muchas confirmaciones que ocurrieron durante el viaje vinculadas con Regina. Hubo algunas otras donde en los contextos más inverosímiles, personas que me encontraba “casualmente” mencionaban el nombre de Regina, o me daban información que contenía su nombre.

Incluso no puedo dejar de hacer mención del hecho de que a menos de una semana de mi partida hacia Chile, con pasaje de avión ya comprado incluso, de manera extraordinaria recibía un correo electrónico de mi amiga editora pidiéndome escribiera una introducción para el sitio Web que Editorial Santillana estaba preparando para Antonio, a fin de hacer promoción a su obra. Sería necesaria la distancia con México, así como la cercana presencia y ayuda de los Andes y del Aconcagua, el guardián de América para tomar perspectiva y ser capaz de completar la tarea. Curiosamente meses atrás y ya en contacto con Cecilia, Fresia, igualmente amiga y chilena, me pedía que escribiera algo para su más reciente libro, mismo que sería presentado tiempo después por Antonio, ahora ocurría algo similar para México desde Chile.

Sin embargo aquel fantástico llamado a Chile llevaba en si la semilla de un trascendental cambio en mi vida, mismo que ya se dejaba entrever aunque solo pude empezar a hacerlo consciente hasta mi regreso a México.
Aquel 11 de Septiembre, mi ultimo día de estancia en esas australes latitudes, en una plaza semi desierta como el resto de la ciudad, sincrónicamente encontraría múltiples mensajes asociados con mi historia con Mónica.
Frente a la mesa donde realizaba solo mi última comida en aquellas tierras. Al voltear encontraba frente a mi,  pintada en toda una puerta de acceso de alrededor de 2 metros de alto, una reproducción de la carta de “El Loco”, del tarot de Marsella y un poco más arriba una leyenda con letra manuscrita que decía “… el gran salto al vacío, el abandono de toda seguridad.”. Tenía la certeza interior que aquellas palabras eran un mensaje premonitorio pero no estaba consciente de hasta donde llegarían sus alcances.

El Loco


Al retirarme de ese espacio igualmente me sería entregada una profunda revelación asociada a mi ex pareja y a mis experiencias con ella asociadas al Tantra, la sexualidad sagrada, vía para trascender el espacio y el tiempo.
Revelación que se sumaría a otra igualmente profunda revelación entregada por intermediación de las energías asociadas a Cecilia, aunque comprender aquellos mensajes tomaría años.


- Cerrando un ciclo en Coyoacán:
A mi regreso a la Ciudad se fue haciendo evidente de manera cada vez más y más contundente mi separación definitiva con Mónica. Evento que se revelaría de manera categórica el atardecer del 15 de Septiembre del 2010, aniversario del bicentenario.

Ese mismo día con la energía en mi de aquella certeza, unas horas más tarde no pude sino recorrer, por vez primera, después haber estado vinculado a Mónica y por consiguiente con Coyoacán a través de ella por siete años, sus cuatro rutas juntas, completando finalmente el quincunce y con ello un ciclo. Intentaba a lo largo de esa marcha llevar en mi mente el mantra ME XHIC CO que me habían enseñado los  guardianes durante incontables caminatas y que había tenido presente igualmente durante diversos momentos de la batalla jurídica donde después de entregar alguna ofrenda y pedir guía y ayuda en los correspondientes lugares sagrados y heroicos del mismo, partía desde el bosque de Chapultepec rumbo a las oficinas de la institución fiduciaria ubicadas en Reforma, para cumplir con mis citas.

 Ahora buscando el silencio con aquel mantra en mi mente, intentaba ofrendar las emociones, alcanzar una perspectiva superior que me diera paz y me ayudara a entender y a aceptar, cosa que de hecho ocurrió, y al mismo tiempo hacer una pequeña ofrenda, al menos, para honrar los acontecimientos nacionales del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución de mi patria.

Durante esa caminata comprendí el por que debía regresar a México para los festejos del bicentenario y por que no me correspondía estar ya en Chile. Aunque con tristeza, agradecía la presencia de Mónica en mi vida esos años y entendía la función superior de nuestra relación, la trascendente más allá del ego.

- El gran salto al vacío, el abandono de toda seguridad.
El lunes de la siguiente semana, me reencontraría con Leticia quien me entregaría un mensaje de parte de Berroa que me mandaba llamar. Durante esa sesión personal con ella, Jorge una vez más, me haría llegar trascendentales revelaciones que confirmaban mi vínculo con él y con Jacobo. Enfático confirmaba la importancia de mi separación de Mónica para la nueva etapa que iniciaba, y que culminaría en una profunda transformación y liberación. Me dijo que serían necesarios intensos cuarenta días por los que debería atravesar, intentando al máximo evitar verla, pero que ellos me ayudarían.

Con lo anterior empezaba a entrar en otro nivel de comprensión, que daba un significado más profundo a la revelación que le fuera entregada a Cecilia a finales del 2008 a través de una lectora de registros akáshicos, hablando de un encuentro que se daría para ella en Mayo del 2010,  misma que transcribo a continuación de manera literal:
“Les informamos a la humanidad cómo el ser del cual nada se puede decir, ustedes le llaman Dios, tiene 108 nombres. en cada uno de ellos está cómo él enseñó en cada proceso evolutivo las 108 veces que él se desprende del magno centro, y como fue creando las galaxias y los mundos habitados. Ella tiene ese conocimiento, pero es de boca a oído y en cualquier área que aporte su energía vital, sale de sí el conocimiento energético. Y es por ello que ese señor del cual tu te estás condatando trae la energía, no de Babaji, pero si de su primer discípulo físico de esta época, donde se deberán reactivar los conceptos. Este señor,  tiene en su memoria celular ese saber y lo debe transferir de la misma forma que tú, energéticamente. El encuentro y las vibraciones de ese tiempo viejo están reconocidas a través del alma y el espíritu y ya nunca ese hilo se romperá. Aunque no trabajen, o si, en lo cotidiano, pero vuestras energías son paralelas a un plan que nosotros llamamos unión de consciencia y se fusionan con muchas más que tienen el mismo plan. Yo te he dicho. El Inca, aparece como el Cóndor, el que absorbe, que trae los conocimientos cósmicos. Ustedes la llaman Espíritu Santo.”.

- Las claves para la apertura de la puerta dimensional:
No habían transcurrido dos semanas del mensaje de Jorge cuando, por intermediación de un colombiano de nombre François, radicado en Berlín y vinculado con Daniel Ruzo  y su conocimiento, y que algunos meses antes de mi partida a Chile me había contactado  por Internet, se daba ahora el encuentro con Cristina, una médium nicaragüense que había trabajado años atrás con “El Hermanito”.

Durante nuestro primer encuentro, valiosa información simbólico-energética fue recibida, quizá hasta ahora de las más significativas. Diversos maestros entregarían la mañana del 12 de Octubre de 2010, a través de ella,  los códigos iniciales para la apertura de la puerta dimensional del bosque. Ese mismo día, otros médiums los confirmarían.
La tarea no necesariamente será fácil pero el camino ha sido siempre guiado y custodiado por seres de una dimensión superior y finalmente son ellos quienes realizarán el trabajo y brindarán protección y apoyo.
Hay más hechos profundamente simbólicos que han ocurrido y que quizá en algún momento se incluyan aquí si se indica que fueran significativos. Otros más continúan ocurriendo, así como revelaciones sorprendentes que seguramente seguirán para este tiempo de cierre e inicio de los tiempos.

¿Continuara? . . .